Publicado en
Chicos que Crecen

Lautaro de la Riva: «Me fui sabiendo que iba a volver»

Con una nota solemne en memoria de su padre, el reconocido abogado Jano de la Riva, el escribano Lautaro de la Riva pasó por Un Gran Día y relató su historia de profesionalización.

La columna radial de Un Gran Día, “Chicos que Crecen”, recibió este martes al Escribano Titular del Registro Notarial n°13 de la provincia, Lautaro de la Riva, hijo del reconocido abogado “Jano” de la Riva quien falleció el pasado 23 de noviembre.

Lautaro, profesional ya exitoso a sus escasos 38 años, se considera simplemente “un ciudadano más de esta ciudad” a la cual manifestó un particular apego.

Habiendo realizado la primaria en la Escuela 2 y el secundario en el IERG (actual CIERG), Lautaro fue fuertemente influenciado por la profesión de su padre y decidió estudiar abogacía en la Universidad Torcuato Di Tella, posteriormente sumando el título de Escribano en la Universidad del Salvador.

La abogacía da la posibilidad de abrirse a distintas ramas, pero sabía que lo mío va más por el derecho notarial y no relacionado a lo que hacía mi viejo”, señaló Lautaro recordando que su padre fue un reconocido penalista en la provincia.

Cuando dije que iba a estudiar abogacía tenía la influencia de mi viejo, pero al año de empezar la carrera descubrí la profesión de escribano y me di cuenta de que encajaba mejor con mi manera de ser”, relató

Tras recibirse comenzó a trabajar como adscripto junto a su tía, quien ya era escribana titular de un registro, “ella también es la que me metió el bichito de la profesión”, reconoció. Posteriormente tuvo la suerte de que se abrieran nuevos registros en la provincia, “por lo que pude tener mi registro y empezar a trabajar por mi cuenta”, relató.

Actualmente Lautaro de la Riva tiene su escribanía en Ricardo Rojas y O’Higgins, pleno centro de Río Grande, y hace 14 años que ejerce. Constantemente continúa capacitándose, en jornadas notariales que se realizan en Buenos Aires, y hace 2 años es presidente del Colegio de Escribanos de la provincia.

Este sorprendente crecimiento exponencial va tanto desde lo profesional como lo personal, por lo que Lautaro reconoció que siempre fue autocrítico consigo mismo, “identificando cosas mías para ir cambiando y puliendo”.

Particularmente destacó el firme acompañamiento de su padre y emocionó recordándolo: “Estaba orgulloso de mí, pero no me lo dijo solo el día que me recibí. Mi padre era una persona muy cariñosa y demostrativa, decir que se sentía orgulloso de mi y lo que fui logrando, todo este crecimiento lo pudo ver. Me pudo ver crecer y desarrollarme como persona y de manera profesional”, dijo emocionado.

Lautaro siempre tuvo la idea de volver a Río Grande, siendo de una generación que necesariamente debía salir de la isla para poder profesionalizarse por la poca oferta académica.

“Siempre me fui con la idea de volver, Río Grande es mi ciudad. Me pasaba que cuando uno llega a una ciudad grande es obnubilado por todo lo que no hay acá, pero me fui sabiendo que iba a volver y así fue”, reiteró.

Y fue su padre con quien compartió la emocionante experiencia de la vuelta, puesto que una vez recibido, Jano de la Riva voló hacia Buenos Aires, lo ayudó con la mudanza y juntos retornaron desde Buenos Aires hasta Río Grande por vía terrestre.

Terminé y me fue a buscar mi papá, se tomó un avión y nos volvimos manejando con mi auto, desde Buenos Aires a Río Grande con parte de la mudanza”, finalizó recordando Lautaro.

Comentarios