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Chicos Que Crecen

Erica se convirtió en un ejemplo de vida al finalizar sus estudios

La columna radial del programa “Un Gran Día” nos brinda en esta ocasión la historia de una vecina de Río Grande que es un ejemplo de superación.

Érica tiene 48 años y pudo terminar la secundaria y recibirse como enfermera habiendo pasado los cuarenta años de edad. “Hace poco me recibí de enfermera”, señaló la mujer en declaraciones a ((La 97)) Radio Fueguina, y agregó que “realmente, como digo siempre, las puertas si no lo intentamos están siempre cerradas, así que siempre hay que abrirlas, hay que golpear para entrar y realmente de eso se trata la vida”. 

La vecina indicó que “terminé mi secundario en el 2017, lo hice en el CENTE 18, perfilándome como Auxiliar de Enfermería. Yo vivo en el barrio Bishop y tengo la Escuela 14 de referencia como para terminar el secundario, que es un anexo del CENT 18, pero elegí durante todos los días durante 3 años ir aunque sea caminando porque en ese tiempo no había tanto colectivos como ahora, porque estaban en ese impasse de cambio de empresa”.

Asimismo, Erica comentó los “sacrificios” y concesiones que tuvo que realizar como todo estudiante que busca lograr su objetivo académico: “Cuando uno es estudiante y cuando uno persigue lo que quiere realmente tiene que dejar muchas cosas de lado, mi vida social fue una, primero eso de estar con amigos, de poder salir, de poder ir a asados. Pese a que uno a que es grande, siempre tiene vida social, pero por el momento yo eso lo dejé de hacer y, de hecho, ahora estoy como queriendo volver a hablar con mis amigas que muchas veces entiendo que que no entendían lo que pasaba y muchos se alejaron, pero es algo que se podrá reponer porque todo tiene un valor agregado”.

Si bien, la carrera le tomó un año más de lo que estipula el plan de estudio, vale decir que lo hizo en un buen período de tiempo, teniendo en cuenta las dificultades que tienen las cursadas incluso para los más jóvenes. 

“La carrera me llevó un poquito más, sé de las tristezas que le da a los alumnos cuando algo no te sale bien porque uno se perfila para terminar en tres años, pero no fue mi caso, fueron cuatro años y duele cuando no te va bien en una materia -resaltó Érica-. Sé lo que es desanimarse, sé lo que es querer dejar todo, pero si ponemos en una balanza el sueño siempre es mayor, así que por eso decidí seguir pese a todo”.

“No hay edad para seguir aprendiendo, aprendemos hasta el día que nos vamos”, concluyó la enfermera en conversación con la profesora y comunicadora Marita Romero. 

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