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Chinos en el placard

Fabio Zerpa tiene razón (e Infobae también)

Flojito de papeles, con datos, pruebas y documentos tendientes a cero, Infobae citó a la embajada de EEUU, mostró las “ruinas” de la fallida empresa china en Río Grande y lo dio por comprobado: China erigirá una base militar en nuestro vecindario.

Apenas comenzaba el siglo XXI y un rumor inventado (de esos que hoy se llamarían “fake news”) ponía en jaque la supuesta “honorabilidad” del recientemente asumido Carlos Manfredotti a la cabeza del gobierno fueguino.

No llegaba aún el tiempo de whatsapp o de redes sociales, por lo que la fantástica denuncia invadía los prehistóricos blogs y correos electrónicos: “Están instalando una base nuclear yanqui en Tierra del Fuego”, más precisamente en Tolhuin, alertaban los voceros del rumor, en general militantes de izquierda y hasta una dirigente sindical y legisladora provincial de un partido minoritario.

Unos 18 años después, le tocó al gobierno de Rosana Bertone negar que estuviera negociando la instalación de un enclave militar norteamericano en los confines australes del mundo.

Los tiempos cambian, pero no la costumbre de inventar noticias explosivas. Un lustro después, la teoría conspirativa cambia de lado: esta vez el enemigo invasor viene del continente asiático, que es donde parece asentarse el nuevo eje del poder mundial.  

“El régimen autocrático chino se apresta para instalar una base militar en Tierra del Fuego”, denunció -con elaborados epítetos- el pasado domingo 25 de setiembre de 2022 el portal “Infobae”, citando como fuente de la “primicia” a la embajada norteamericana y al  Comando Sur de la Marina de los EEUU (casi nada).

Generador frenético de noticias, y enemigo declarado del actual gobernador fueguino Gustavo Melella, el citado portal no es el más reputado por apegarse a la verdad. Su vocación por chequear información no parece ser lo que más mueve al editor, o al menos eso se vio en el informe sobre el contubernio fueguino-chino.

De hecho, la denuncia de la invasión china en Tierra del Fuego (publicada en la edición digital y en un video en YouTube) abunda en yerros, imprecisiones, relaciones caprichosas y especulaciones varias, sin una sola mención a documentación o declaraciones confiables sobre lo que -supuestamente- denuncia.

Fabio Zerpa tiene razón

Los chinos ya nos han invadido, avisa la nota y, arrimándose demasiado al bochorno, escarba entre los desechos de lo que fuera el fallido obrador (al norte de Río Grande) de la empresa de origen chino “Tierra del Fuego Energía y Química”, que terminó huyendo de la isla en 2008, acosada por ataques ideológicos, pedidos de coima y la consabida burocracia, tan argentina.

No existe, ni extremando la imaginación, un solo elemento de unión entre aquel fallido emprendimiento de una empresa china (a la que algunos acusaban de ser «un monotributista) y el actual convenio anunciado por el gobernador con el propio gobierno asiático. Pero a “Infobae” y su enviado poco parece importarle esa desconexión.

Por el contrario, muestran -para documentar su grotesco informe- basura diversa y sachets de leche con inscripciones en chino tirados entre las viviendas del obrador, donde nunca vivió nadie y hasta “ponchan” al cuidador de la gamela, un hombre con rasgos orientales, como prueba cabal de que los chinos ya están entre nosotros.

Si Fabio Zerpa viviera, diría que él tenía razón.

El fuego amigo

En virtud de que todo informe que se precie necesita de un vocero local (algo así como un “baquiano” de la noticia), el corresponsal recoge el testimonio del editor de un portal riograndense, quien se presenta (con envidiable autoestima) como “periodista de investigación”, y aporta (con valorable voluntad) más imprecisiones, elucubraciones, potenciales, suposiciones, deducciones de toda laya, pero ningún dato cierto y/o comprobable.

Toda una novela de invasores invisibles, pero temibles, sin duda.

“Estamos más cerca de instalar una base extraterrestre que una rusa o china”, en Tierra del Fuego, se limitó a desacreditar, con ironía, el gobernador Melella, para quien el informe no merece siquiera una desmentida seria.

En todo caso, puso más atención en el “aporte local” a ese tipo de notas de desprestigio que -de algún modo u otro- nos dejan mal parados a todos los que no investigamos como se debe al perverso invasor, sea yanqui, ruso, chino o marciano.

“Para algunos será un minuto de fama, un minuto de gloria, salir en medios nacionales”, se compadeció el mandatario, antes de lamentar, con mayor énfasis, que algunos políticos se presten también al juego de desprestigio que algunos foráneos llevan adelante con tanto entusiasmo.

Por ahora, fin de un nuevo capítulo, otro más, de la saga “Peguémosle a Tierra del Fuego” que nos decepciona cada vez, más aún cuando se patentiza el voluntarioso colaboracionismo local. Ojalá un día podamos escribir “fin de la historia”.  

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