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A un mes de la denuncia en redes

«Denuncien»: Carla se recupera y alienta a las víctimas de violencia

La mujer denunciante de su esposo Marcelo Guzmán por violencia de género, espera junto a su familia en el Chaco las novedades judiciales del caso. Envió un claro mensaje a mujeres en su situación: “Denuncien”.

Hace un mes, Carla K, de Ushuaia, hacía visible a través de un video en Facebook su horrible padecimiento de sufrir violencia física y psicológica por parte de su esposo, el abogado y alto funcionario del Poder Judicial, Marcelo Guzmán. Una semana antes, sin ayuda y sólo movilizada por su voluntad de poner fin a una situación que, temía, podía costarle la vida, había formulado la denuncia.

Afortunadamente, hoy Carla se recupera de semejante angustia, junto a sus hijas y su familia en Villa Ángel, Chaco, mientras monitorea los avances de las causas judiciales que cursan en Ushuaia.

“Estoy mucho más tranquila porque estoy en mi lugar de origen, con mi familia. Villa Ángela hoy funciona como un pueblo y es constante el abrazo de la gente, desde que llegué” cuenta Carla por ((La 97)) Radio Fueguina. Su voz y su tono suenan bien.

Siente Carla hoy “el acompañamiento de los vecinos”. Desde que aterrizó el avión en Resistencia, semanas atrás luego de peregrinar en la Justicia fueguina para que le permitieran viajar, “fue como un alivio”.

En términos muy personales, reconoce que “una se va como rearmando, las heridas corporales van sanando rápido, pero cuesta sanar el alma. Ayuda y fortalece el acompañamiento, familia, amigos, no sentirse sola”.

“La verdad nunca tomé conciencia de lo que iba a pasar” agregó respecto de la viralización del video. “Fue un momento muy crítico, de mucha angustia, de mucho miedo. También con mezcla de resignación. Me puse el teléfono enfrente y salió lo que salió, después del video me fui con mis hijas”. Ese video comenzó a viralizarse de inmediato y desde ese momento no dejaron de llegarle mensajes y contactos para ayudarla.

La mujer demuestra interés en transmitir su difícil experiencia, con la esperanza de que su testimonio sirva a otras mujeres que puedan estar pasando por una situación similar.

Acentúa un concepto que para ella resulta trascendental, la denuncia: “Hacer la denuncia es el primer paso. Pero uno de los motivos es que una se siente muy sola generalmente en estos casos, siente una mezcla de cosas, siente temor. El primer paso es hacer la denuncia y tratar de buscar apoyo, porque se encuentra. Una cuando está inmerso en esta situación, está enfrascado y en un círculo del que no puede salir” relata.

El intrincado proceso legal sigue su curso, y Carla se siente “fortalecida” por tanto apoyo de las asociaciones y del colectivo de mujeres. Se mantiene en estrecho contacto con sus abogadas en Ushuaia, la Dra. Fabiana Ríos y la Dra. Karina Echazú. “Fundamentalmente la causa de familia ya está presentada. Preocupa un poco la causa penal, que igualmente se inicia de oficio cuando uno hace una denuncia. Te mentiría si dijera que estoy totalmente relajada, esto recién empieza y uno no puede evitar pensar qué va a pasar”. Pero mantiene firme su convicción, traducida en anhelo: “Lo más importante es que la Justicia sea justa”.

Los entrevistadores le consultan a Carla qué le genera, si algo le genera, que Marcelo Guzmán siga en libertad en la capital fueguina: “Si yo estuviera viviendo todavía en Ushuaia, seguramente sería otra la sensación. No sé si me intranquiliza. Que la Justicia siga su curso”.

Según su opinión, y en base a su reciente experiencia, en la Justicia “lamentablemente falta mucho, culturalmente y desde las instituciones, para manejar estos casos. La causa penal está basada en los tres hechos puntuales de violencia física, y no en todo lo demás, que es muy grave y existe. Falta, en las organizaciones, en la gente que toma decisiones, en cómo se implementan los protocolos, falta bastante trabajo”.

El mensaje, sobre el final de la entrevista, sigue siendo el de primer día, y les habla a todas las mujeres que estén siendo víctimas de violencia de género, y no se animan a afrontarlo: “Igual denuncien, igual salgan de ese lugar de donde están, denuncien para recibir la ayuda que necesitan. Duele, es difícil, no todo es un camino de rosas, pero una no está sola. Hay que buscar ayuda, hay que tratar de vencer el miedo, a veces una cree que se queda por los hijos y ese no es el camino, el camino es buscar la ayuda, hay muchísimas organizaciones y asociaciones, muchísima gente dispuesta a ayudar”.

Se despide con esperanzas de salir adelante después de todo lo vivido, y que la Justicia haga lo que tenga que hacer. Y vuelve a insistir, “poder hacer la denuncia es el primer paso. Es más difícil y peligroso seguir como está, no es vida vivir así”.

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