Un día como hoy, pero de 2011, terminaba de colapsar la deteriorada estructura del histórico puente colgante de Río Grande, que resistió como pudo durante años, a pesar de la desidia y el abandono generalizado.
Finalizados los lamentos, casi todo protocolares, varios años pasaron sin novedades sobre el futuro de esa ya tradicional estructura ubicada sobre uno de los brazos del río, al suroeste de la ciudad.
Tras el silencio, una promesa (de campaña)
Corría el año 2017 y el país era gobernado por el expresidente Mauricio Macri. En ese entonces ocupaba una de las bancas en la Cámara Baja del Congreso, en representación del oficialismo, el actual diputado Héctor «Tito» Stefani.
Él fue el que gestionó, o al menos eso dijo, la incorporación del puente a la lista de Monumentos Históricos Nacionales de la Argentina, con un proyecto más ambicioso en mente: recuperar toda la zona aledaña al puente, lo que incluía hasta un paseo peatonal y zonas de recreación.
Quien también se mostraba al frente de esas gestiones era la entonces senadora mopofista Miriam Boyadjian, que hasta se animaba, en una entrevista con ((La 97)) Radio Fueguina, a ponerle fecha a la finalización de la obra. «Se trata de un puente muy querido por los riograndenses, por su importancia histórica en el desarrollo económico y el crecimiento de nuestra ciudad. Los recursos para estos trabajos van a estar plasmados en el Presupuesto 2019 y esperamos poder ver los resultados en 8 o 9 meses«, decía entonces Boyadjian tras un encuentro con el ministro Frigerio.
El proyecto terminó siendo incorporado al Presupuesto Nacional 2019, pero jamás avanzó. Nunca más supo luego de él y quedó archivado en vaya a saber uno qué cajón. Quedó como una más, otra de las tantas promesas vacías que se efectúan en campaña. Pero demostró que la desidia y el abandono al puente colgante no terminó con su caída final, de la que se cumplen hoy 11 años.
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