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Torturas en Malvinas

Excombatientes no aceptan la anulación del procesamiento a los militares

Hablamos con el ex combatiente de Malvinas Ernesto Alonso, del CECIM de La Plata, sobre el vergonzoso fallo de Casación Penal, que dictaminó que las torturas en Malvinas no constituyen lesa humanidad, por lo que son delitos ya prescriptos.

Luego que la Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal anulara el procesamiento de tres ex militares acusados de torturar a sus propios soldados en Malvinas en 1982, insistiendo en la postura de que los delitos prescribieron por no constituir lesa humanidad, las amargas repercusiones no se hicieron esperar.

El lamentable fallo de los camaristas Daniel Petrone y Diego Barroetaveña, y en contra de Ana María Figueroa, beneficia a los tres acusados Eduardo Gassino, Miguel Ángel Garde y Gustavo Calderini, con procesamientos por el delito de “vejaciones”, ahora anulados. Otro acusado, Belisario Affranchino Rumi, tenía falta de mérito.

El secretario de Derechos Humanos del Centro Ex Combatientes Islas Malvinas (CECIM) de la ciudad bonaerense de La Plata, Ernesto Alonso, fue consultado por ((La 97)) acerca de los alcances del fallo, las nuevas instancias a las que podrían recurrir, y el sentir de los ex combatientes víctimas de estos imperdonables hechos a los que fueron sometidos por sus propios superiores, en el contexto de una desigual guerra.

“Estamos en manos de un Poder Judicial que se aleja muchísimo del servicio de Justicia que todos los argentinos merecemos” definió Alonso para caracterizar a la Justicia argentina, que hace agua por todos lados.

Ernesto Alonso, secretario de Derechos Humanos del Centro Ex Combatientes Islas Malvinas de La Plata.

En relación con próximas instancias a las que se pueda recurrir para que se revise el vergonzoso fallo, Alonso mencionó la justicia internacional: “Tenemos que recurrir a la justicia en Washington, como en el caso que en 2015 llegó a la Corte Suprema de Justicia que dejó en firme una sentencia de la sala 1 de la Cámara de Casación Penal dictando la prescripción. Por eso se acudió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos”.

Para el veterano platense, es inconcebible la postura de los camaristas de no encuadrar las torturas como crímenes de lesa humanidad: “Tortura cometida por funcionarios del Estado nacional que eran en ese momento el personal militar. Argentina ha asumido responsabilidades internacionales con respecto a la protección, persecución e identificación de estos casos de torturas efectuados por agentes del Estado. Nos enfrentamos a un sistema de impunidad donde hay sectores que lo siguen sosteniendo y estos jueces son permeables a esos sectores que pretenden que nada de lo que ocurrió en Malvinas se sepa”.

Señaló esos sectores como proclives “a que se continúe con ese relato épico que uno lee en distintos libros publicados por cientos de coroneles y capitanes sobre esta épica. Pedimos a la Justicia que se comprometa a investigar y estamos seguros que van a encontrar otra historia con respecto a lo que ocurrió en Malvinas”.

Visiblemente indignado se lo escuchó al dirigente del CECIM. En tren de compartir información, remarcó que “en todas las unidades militares que participaron en la guerra de Malvinas hay hechos denunciados: Fuerza Aérea, Marina y Ejército. Quienes nos tendrían que haber cuidado utilizaron estas aberraciones, por la propia formación que las fuerzas armadas tenían por ese entonces”.

Así Alonso recordó que, en épocas de dictadura, las fuerzas armadas nacionales “estaban basadas en la doctrina de la seguridad nacional. En la dictadura, los jóvenes eran objetivos militares a perseguir, torturar y exterminar, como lo hicieron en distintos campos clandestinos de detención. Más de 200 soldados conscriptos desaparecieron durante la dictadura militar. Lamentablemente eso se trasladó a Malvinas”.

Sólo épica

Más adelante en la entrevista, insistió en la prevalencia del relato épico de la guerra impulsado justamente por los ex oficiales de aquel entonces: “Hay quienes hoy siguen sosteniendo ese relato en las actuales fuerzas armadas. Porque no hemos escuchado ningún comandante en jefe del Ejército ni de la Marina ni de la Fuerza Aérea reconocer estos hechos, que bien vendría para despegarse a las nuevas generaciones de militares de esas aberraciones inexplicables que se cometieron contra sus propios soldados”, recomendó.

“Hasta las 23:59 del 1 de abril de 1982 había una dictadura militar asesina que todos sabían lo que pasaba. Para muchos a partir del primer minuto del 2 de abril las fuerzas armadas que fueron a Malvinas fue un ejército de liberación nacional constituido por las tropas de San Martín” ridiculizó Alonso para graficar su razonamiento.

Además de la imposición de ese relato épico, lo que se busca es no discutir las graves violaciones a los derechos humanos ni los enormes perjuicios que acarreó esa guerra: “Después de la rendición del 14 de junio, los británicos multiplicaron en 23 veces los territorios usurpados”, dijo.

Más allá de la posible presentación ante la Corte Suprema de la Nación, lamentó que ese órgano no tiene plazo para resolver. Y por eso estamos recurriendo a la instancia internacional. Acá hay responsabilidad del Poder Judicial de la Nación, de todo el Estado argentino. Tenemos que recurrir a la justicia internacional porque la justicia argentina no nos da garantía”.

Además, manifestó que están analizando denunciar a los camaristas Barroetaveña y Petrone de prevaricato, “ante semejante aberración”.

Sobre el final del diálogo radial, Ernesto Alonso insistió en lo increíble de la postura adoptada por la Sala I de la Cámara de Casación Penal, fundamentalmente por estar en presencia tan evidente de “asesinatos de soldados que murieron estaqueados bajo fuego enemigo, antisemitismo, abuso sexual. Todo un dispositivo y un mismo mecanismo que usaba la dictadura en el área continental”.

Por eso, ante tamaña evidencia, Alonso se extraña tanto de que “para la Justicia argentina, torturar en la ESMA es un crimen de lesa humanidad. Pero para un soldado torturado en Malvinas, no”.

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