Lo dejó bien en claro la secretaría de Mujeres, Género y Diversidad del municipio de Río Grande, Alejandra Arce. En los micrófonos de ((La 97)) este mediodía, pero sobre todo momentos antes, cuando en el Concejo Deliberante rehusó aportar su presencia y referencia para sostener con los cinco concejales varones presentes, un conflictivo debate por una mayor y mejor representatividad de la mujer, precisamente cuando las dos ediles mujeres no pudieron estar presentes.
La funcionaria municipal –inclusive- acentuó la falta de “solidaridad, empatía y sororidad” por parte de quienes se anotaron para abordar el tema y los que mostraban urgencia para debatirlo, con la propia presidenta de la comisión en la materia ausente. En efecto, la concejal Cintia Susñar -como todo el pueblo sabe- está atravesando una compleja situación de salud que no le permite por el momento asistir a los debates.
Mucho más que eso, su eventual reemplazo debería decidirse no sin antes discutir la cuestión de género que se plantea (quien la sigue en la lista es un varón) y nadie ha dicho si la ordenanza que se piensa dictar tiene en cuenta esa situación, o es una normativa a futuro, lo que sería mucho más sano, tal cual están las cosas.
En diálogo con la emisora, Arce recordó su firme postura (y la de la secretaría que conduce, en línea con la del propio Intendente), en defensa irrestricta de la cuestión de género, pero objetó el contexto en el que se aborda la discusión.
“Tenemos a la presidenta de la comisión de género, la concejal Cintia Susñar, que está pasando una situación de salud delicada muy particular que toda la comunidad sabe. Cintia es madre, la comunidad educativa la conoce y ha estado pidiendo por la recuperación de su salud. Incluso ella ha dejado dicho que muy pronto va a volver a ocupar su lugar… ¿cuál es el apuro de los concejales para tratar este tema?” amonestó Arce, ante una sesión deliberativa en defensa de los derechos de la mujer, con concejales varones dispuestos a seguir adelante e invitadas representantes de colectivos feministas, que no se detuvieron a contemplar los argumentos que, luego y desde la distancia, expuso la funcionaria del Ejecutivo.
Tierra del Fuego es una de las pocas provincias argentinas que adeudan el serio debate por la paridad en sus cuerpos deliberativos. Ushuaia arrastra una situación vergonzosa desde hace años y tampoco se sabe si la reforma que se quiere hacer de la Carta Orgánica puede llegar a mejorar la situación.
En este período, Río Grande tiene la preciosa oportunidad de dar definitivamente el paso para legislar y dar justicia a una situación que está viciada de desequilibrio. El municipio tiene una repartición pública abocada a la temática de mujeres, género y diversidad. El Concejo Deliberante cuenta en sus filas con dos concejalas mujeres, que además tienen una conocida militancia en favor de la ampliación de sus derechos.
¿Es necesario que un puñado de ediles varones y mujeres consultoras se despojen de “solidaridad, empatía y sororidad”, como bien les reprochó Alejandra Arce, para liquidar un proyecto que, bien debatido, con la profundidad y el respeto que merece, podría resultar histórico y modelo para la provincia?
Los concejales argumentan que ellos quisieron postergar la sesión pero que las mujeres presentes les pidieron que siguieran adelante. Algo de lo que -por ahora- no hay pruebas.
“Nos han costado tanto los espacios de las mujeres, que creo que no están dadas las condiciones para que hoy tengamos que vivir esta situación de que sean los varones concejales quienes estén discutiendo la ampliación de nuestros derechos”, insistió en el elemental cuestionamiento la secretaria municipal.
El debate está abierto. Los tiempos, si bien son breves para que el proyecto no “caiga” al archivo, son posibles. No hay horizonte electoral a la vista que pueda empañar la sana y rica discusión. E incluso hay voluntad de presentar una iniciativa parlamentaria “nueva y superadora”, en caso de que venza el plazo.
“Solidaridad, empatía, sororidad”, a todos y todas, es apenas lo que se reclama. El mínimo indispensable para que el debate por tan trascendental tema que atraviesa a la dinámica sociedad del siglo XXI en todos sus estamentos, resulte en Río Grande franco y fructífero.
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