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Operación Rosario

Aníbal Espósito habló del 2 de abril de 1982 y evocó a “los que no pudieron volver”

El infante de Marina, residente en Río Grande, participó con 22 años del desembarco el 2 de abril de 1982. Participó de la Vigilia y del Desfile en nuestra ciudad y brindó su testimonio para la agencia Télam.

El veterano de guerra Aníbal Espósito participó con 22 años del desembarco el 2 de abril de 1982, junto a un batallón de la Infantería de Marina que formo parte de la Operación Rosario, desplegada hace 40 años para la recuperación de las Malvinas tras 149 años de usurpación británica.

Para Espósito, se trató de una acción militar «impecable», en la cual «no hubo un sólo herido» por parte de las fuerzas de los Royal Marines que ocupaban las islas.

Aníbal participó de la vigilia que se llevó a cabo en Río Grande, Tierra del Fuego, en las vísperas del Día del Veterano de Guerra, y formaba parte de una exhibición de los vehículos anfibios VAO 07, que cuatro décadas atrás llevaron a las tropas argentinas a las costas de las islas

Foto: Pablo Añelli/Télam)

«Estos anfibios llegaron en 1974 y se armaron en California, en los Estados Unidos. Éramos la única unidad de Sudamérica que tenía este tipo de vehículos», cuenta Espósito a Télam, antiguo integrante del Batallón de Infantería de Marina 2 (BIM 2) que estaba asentado en Puerto Belgrano.

«Fuimos uno de los primeros en enterarnos, en navegación, que el VAO 07 iba a estar a la cabeza de la vanguardia del desembarco en las islas»

Acompañado por su mujer Marisa Fontana y otros cuatro excombatientes, Aníbal dio detalles de cómo fue el momento en el que todos se enteraron que estaban desembarcando en las islas ocupadas por el Reino Unido desde 1833.

«Nos enteramos, en navegación, que íbamos a encabezar el desembarco a las islas. Unas semanas antes habíamos salimos a hacer un ejercicio de práctica en Puerto Madryn, y la gente de más antigüedad en el batallón ya estaba sospechando algo», cuenta el veterano que en ese entonces estaba en el inicio de su carrera militar.

«Los que están listos embarquen a Puerto Belgrano» ordenó un mando mayor al BIM 2 y así fue cómo se embarcaron unos 20 anfibios en el buque ARA San Antonio.

Foto: Oscar D’Agostino/radiofueguina.com

Desde hace varios meses que los altos mandos de las FFAA ya tenían decidida la invasión al archipiélago y eligieron el viernes 2 de abril de 1982.

«Fuimos uno de los primeros en enterarnos, en navegación, que el VAO 07 iba a estar a la cabeza de la vanguardia del desembarco en las islas», dice sobre el vehículo anfibio que él mismo tripuló y que, además, fue uno de los primeros en recibir disparos británicos.

Los objetivos que planteó el Gobierno de facto argentino eran claros y precisos: desplegarse rápido por Puerto Stanley (la capital de Malvinas); tomar la casa del gobernador británico, Rex Hunt; neutralizar el cuartel de los Royal Marines y ocupar el aeropuerto para facilitar el aterrizaje de los primeros aviones de la Fuerza Aérea que iban a establecer un puente aéreo entre las islas y el continente.

Foto: Pablo Añeli/Télam

No producir bajas

«Nos ordenaron que tratáramos a la gente como ciudadanos argentinos, que así se los consideraba, y que intentemos no producir bajas», detalló el veterano sobre la orden del contraalmirante Carlos Büsser, encargado de la «Operación Rosario».

«Nos dispararon con dos ametralladoras cruzadas, pero nos dimos cuenta que se habían replegado. Era lo que queríamos. Queríamos asustarlos, no herirlos, y que se vayan. Demostrarles que veníamos en serio», repasa al contar detalles de aquel operativo.

El capitán de la Armada Edgardo Giachino fue el primer caído de la contienda con Gran Bretaña, tras recibir un disparo cuando intentaba ingresar en la casa del gobernador de las islas, en el comienzo de la Operación Rosario.

Pese a ello, Esposito consideró que «la operación salió impecable, no hubo ningún herido por parte de la población ni del personal militar-civil que los estaba ocupando las islas».

Luego de la toma de la gobernación, el veterano contó que «la gente que se quería ir cargaba sus pertenencias y se los llevaba al Uruguay, incluyendo los marines y las autoridades británicas».

Sin embargo, «después vino la impotencia de no poder mantener la plaza», enfatizó el veterano.

Las Fuerzas Armadas británicas, de gran entrenamiento y tecnología militar, impuso su poderío y recuperó la posesión de las islas tras 74 días de conflicto.

«De la algarabía de la reconquista, después vino la tristeza por la cantidad de compañeros, héroes y argentinos que quedaron allá, en la defensa de las islas y no pudieron volver a vivir como lo hicimos nosotros», puntualizó con emoción.

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