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Un "éxito" nefasto

Juego del calamar: Nuestros hijos también están en riesgo

La advertencia de una profesional acerca de la necesidad de vigilar los juegos de los niños. Imitar al popular “juego del calamar” puede ser muy peligroso.

No debe quedar nadie que no haya oído mencionar a “El juego del calamar”, una serie de televisión de origen coreano, de las más populares por estos días en el canal on demand Netflix

La ficción trata sobre un grupo de sujetos marginales, que, sin nada que perder, apuestan su vida en un juego macabro de desafíos.

Lamentablemente, su difusión ha llevado a que muchos, en diversos ámbitos y en todo el mundo, juegue a imitar la serie, con extrañas apuestas donde hasta han entregado su vida, como acaba de ocurrir en Panamá con el saldo de 8 víctimas fatales del siniestro juego.

La imitación ha arribado ya a nuestras ciudades y nuestros hijos deben ser protegidos contra esta funesta forma de diversión, previene la Licenciada en Psicología Lorena Boschetti.

En diálogo con ((La 97)) Radio Fueguina, la profesional refiere que “El juego del calamar” utiliza juegos de la infancia “y los reversiona de manera nefasta”.

“Ha roto todos los records, por ser la serie más vista pero también porque se han desarrollado juegos y herramientas para viralizar en redes sociales que imitan lo peor de esta producción”, advierte Boschetti.

Esta costumbre “empezó a replicarse en las escuelas, en los recreos los chicos juegan el juego del calamar, con consecuencias que pueden ser muy graves”, se alarmó la profesional.

“El que pierde la apuesta muere en la serie, pero en nuestras escuelas puede recibir una trompada o algún castigo violento”. “Esto está pasando también en nuestra ciudad –se preocupa Boschetti-  en los recreos los chicos están reproduciendo en sus juegos el juego del calamar”.

Debemos estar alertas

La especialista en Neuropsicología aporta que el juego del calamar, “además de ser una producción nefasta, que debería ser exclusiva para adultos, tiene contenidos de violencia explícita, marginalidad, vale todo, desprecio por la vida y temas como el tráfico de órganos”.

“En muchos países están advirtiendo sobre este riesgo y avanzando en medidas para controlar. Entre nosotros esto también está llegando y debemos estar alertas”, remarcó.

El riesgo es perentorio en el caso de los niños y adolescentes. “Los niños no están preparadas para metabolizar todo esto que ven en las pantallas”. “En el hogar pasa lo mismo si no hay la vigilancia debida, muchos chicos están muriendo en sus cuartos y los padres están del otro lado de la puerta”, ilustró la profesional.

Negó, en tal sentido, que la obligación del cuidado pueda colisionar con los reconocidos derechos en los niños: “El derecho de los chicos es ser cuidados por los adultos –definió- controlar lo que consumen es parte de las obligaciones de los padres”.

Insistió la experta en que “los hijos deben tener límites, deben comprender que a ciertas cosas no deben tener acceso por el peligro que implican”.

“Se está poniendo en riesgo la psiquis de los más chicos”, insistió. “La presencia de los adultos debe ser constante y en el acceso a las pantallas, el control se nos está escapando un poco”.

“No tenemos que tener miedo de poner límites”, resumió la Licenciada Boschetti.  El juego del calamar está poniendo en peligro a nuestros hijos y se debe estar en alerta.

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