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INTA

Entregaron dos mil pollos para la huerta en casa y la producción avícola

A pesar de los inconvenientes que genera la pandemia, incluso para trasladar los animalitos hasta nuestra provincia, desde el organismo nacional concretaron otro año de asistencia a productores y familias fueguinas.

El jefe de la Agencia del INTA, ingeniero Paulo Gea, relató los pormenores de la entrega de pollitos a emprendedores y vecinos durante el comienzo de 2021, teniendo en cuenta que la pandemia trajo algunas complicaciones impensadas. 

Luego de idas y vueltas por razones de fuerza mayor en la gestión de los animales que llegan desde Buenos Aires, se repartieron alrededor de dos mil pollitos a productores y vecinos de toda la provincia.

“Se repartieron 700 en Río Grande, una cantidad igual en Ushuaia y unos 400 en Tolhuin”, comentó el funcionario, y agregó que “una parte del programa es para los productores avícolas, los que están vendiendo huevos, donde se les entrega mayor cantidad de pollos, se les hace una asistencia técnica de la veterinaria y además se lo trabaja en grupo”.

Por otro lado, el segundo aspecto del proyecto es social y lo maneja el programa Pro Huerta, donde “se le entrega como máximo hasta cinco pollitos por familia y es para que uno lo tenga en su casa, cumpliendo una función donde vos tenés la huerta y todos los sobrantes de la huerta se lo come el pollito y te da en forma de huevo la proteína que la huerta por ahí no te la da”.

Pero este año las dificultades fueron varias, según comentó Gea en declaraciones a Radio Fueguina: “La verdad que fue un esfuerzo sobrehumano para poderlas traer, tuvimos tres oportunidades donde el avión no me las dejó cargar porque hay muchos menos vuelos, en un momento venían las vacunas y obviamente los pollitos no podían subir, y eso nos hizo retrasar todo y lo que normalmente viene en noviembre y terminaron de llegar en febrero, porque una vez que no suben los pollitos que ya están nacidos se reparten en otras localidades de Buenos Aires, entonces había que esperar otra tanda de nacimiento y esto hizo que se fueran demorando las cosas”.

Además, se modificó la dinámica de trabajo debido a que muchos de los pollitos que entregaban a las familias terminaban muriendo. Para resolver este problema se implementó la opción de confeccionar centros de cría en las tres ciudades, para luego entregar los animales más grandes y con más expectativa de vida.

“Nosotros repartimos, hasta el año pasado, con un día de vida. Nacen en Buenos Aires, se los vacuna, se los sube al avión, llegan acá y nosotros ya estábamos repartiendolos”, comentó Gea, pero señaló que “en una encuesta que hicimos nos dimos cuenta de que muchos de esos pollitos se les moría a la gente por distintas circunstancias, por descuidos del cuidado o porque se apagaba la calefacción”. 

“Lo que hicimos fue hablar con los Municipios de las tres ciudades y armamos un centro de cría, una vez que llegaban los pollitos, los estuvimos alimentando y dándole comida, agua y además cuidados veterinarios durante un mes -expuso el referente del INTA-. Entonces cambiaron la pluma, ya son bichos grandes, de 300 o 400 gramos, y recién ahí los estamos entregando, cuando ya es prácticamente un pollo o una gallina, y ya no es un pollito y es imposible que les pase algo”.

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