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Chicos Que Crecen

Priscila Montenegro: Contadora fueguina «for export» en Buenos Aires

La joven profesional terminó su carrera dos años atrás y consiguió ser empleada full time en el mismo trabajo que había desarrollado como pasantía universitaria.

Si bien se recibió en junio de 20219, la Contadora Pública Priscila Montenegro, tuvo que esperar un poco más para tener en mano su título universitario debido a las limitaciones que impuso la pandemia. 

“En marzo de 2020 comenzó todo este tema de la pandemia, así que se retrasó un poco el tema del título, pero me recibí en junio de 2019”, relató la profesional fueguina que reside en la Ciudad de Buenos Aires. 

Los últimos años del secundario le sirvieron para terminar de definir su vocación para las ciencias exactas. “Cuando estudié estaba el tema del polimodal, seguí lo que es Economía y Gestión y tuve materias contables que me gustaban mucho y, ya desde ahí, quise seguir la carrera”, mencionó la riograndense.

Jardín, primaria y secundaria lo hizo en el colegio Don Bosco: “En economía había materias contables económicas y de administración, así que de ahí, más o menos, yo ya tuve un pantallazo de lo que quería seguir”. 

La carrera universitaria no fue fácil, no solo por la distancia con su familia, que todavía vive en Río Grande, sino también por las jornadas extensas de trabajo y estudio.

“Al principio costó un poco, con el tema de la familia, porque yo acá en Buenos Aires no tengo ningún familiar, así que mi base básicamente en mis amigos, y después me puse en pareja, me puse de novia, así que ahí tuve otro apoyo más, pero al principio sí, costó bastante”, comentó Priscila. 

Se recibió en la Universidad de Buenos Aires, con el valor agregado de haber transitado la carrera trabajando al mismo tiempo. 

“Al principio era una pasantía, nada mas que 4 horas de lunes a viernes, y los últimos dos años de la carrera sí, ya estaba trabajando tiempo completo, así que los últimos dos años me costaron bastante -detalló la contadora-, arrancaba muy temprano, me iba a trabajar, entraba a las 9 de la mañana salía las 6 de la tarde, derecho para la facultad y volvía mi casa a las 11:30 o 12 de la noche, así que la verdad costó, mucho pero llegó”.

Priscila destacó el rol de toda su familia: “Mi mamá, mi papá, mis hermanos, la verdad que mis amigos de allá, que quedaron allá, son un pilar fundamental y gran parte de lo que tengo es gracias a ellos”.

Hace cuatro años se desempeña como analista de impuestos, un área que está relacionada con la carrera, pero tiene la esperanza de regresar a la isla en algún momento.

“Tengo ganas de volver a Río Grande, la idea principal mía, cuando me fui, era volver después de recibirme, pero hasta tanto no salga alguna posibilidad o alguna oferta laboral me quedaré acá en Buenos Aires, y seguiré capacitandome y formándome acá”, concluyó.

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