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Chicos Que Crecen: Laura, una bioquímica de regreso a la ciudad

Como muchos fueguinos que emigran para estudiar en el norte argentino, la joven Laura Quiroga pudo recibirse en una especialidad de medicina y, aunque estuvo varios años fuera de la provincia, volvió y sigue capacitándose.

La bioquímica Laura Quiroga nació en Río Grande en 1989 y trabaja en el laboratorio. Tiene 30 años y regresó a la provincia dos años atrás. Su carrera universitaria la realizó en Bahía Blanca. En el espacio motivacional de ((La 97)) Radio Fueguina, en el programa Un Gran Día, que conduce Marita Romero, detalló los pormenores de su tarea y su trayectoria de estudios.

En un principio, Laura tuvo la intención de estudiar medicina, pero pronto entendió que prefería alguna rama de la medicina que no implique un vínculo tan estrecho con los pacientes. “Me fui a estudiar a los 17 años, como muchos de los fueguinos que nos toca irnos a estudiar en base a las elecciones de las carreras que hagamos”, comentó.

Señaló que “me fui a Bahía Blanca y en un primer momento la idea era estudiar medicina, pero después me di cuenta que, por mi carácter, es muy difícil separarme de los pacientes, entonces elegí algo relacionado, pero con un poco más de distancia con los pacientes, y elegí algo parecido como Bioquímica”.

“Si bien uno, después, va formando el carácter y se pone un poco más frío, porque las carreras de la salud así lo requieren, yo me di cuenta que no iba a poder separar tanto las situaciones”, expresó la fueguina, y agregó que “siempre fue muy decidida, yo me di cuenta de esto el primer año, cuando nos llevaron al hospital, y me di cuenta de que lo que es bioquímica me gusta y está muy relacionado”.

Seis años y medio le tomó recibirse, en un tiempo casi exacto de cursada y con la ayuda de su familia para que no tuviera que trabajar mientras llevaba adelante sus estudios: “Ellos sabían que es muy difícil estudiar y trabajar a la par y mis papás se hicieron todo el esfuerzo para que solamente me dedicara a estudiar”.

Al finalizar la carrera decidió quedarse en Bahía Blanca, pero hace dos años que está residiendo nuevamente en Río Grande. “En ese momento, por cuestiones de que ya era una ciudad donde ya me había recibido, me quedé ahí haciendo la residencia y ahora surgió la posibilidad de volverme acá a Río Grande y, la realidad, es que las condiciones de trabajo son muy diferentes a las del norte y eso nos damos cuenta una vez que volvemos”, relató Laura.

Ya instalada en la isla otra vez, se siente muy cómoda en lo laboral, con intenciones de desarrollar una trayectoria en el laboratorio del que forma parte, pero al mismo tiempo comenzó a realizar una maestría en Bioquímica Molecular. “Gracias a que estoy trabajando acá, me estoy pagando una maestría que, si hubiera seguido en Bahía Blanca, no lo hubiera podido gestionar”, expuso la riograndense, y mencionó que “el título de grado es como el primer paso, después uno tiene que actualizarse constantemente, porque lo que es Ciencias de la Salud uno tiene que ir estudiando y actualizando a la par”.

Como suelen reflejar los estudiantes fueguinos, la estadía en otros lugares del país requiere un tiempo de adaptación y un esfuerzo importante. Lo indicó Laura Quiroga respecto de sus años como alumna universitaria: “Cuando terminaba el viernes la cursada, todo el mundo se volvía a la ciudad a su origen y quedaba la ciudad vacía, era difícil porque siempre estábamos solas con mi hermana y la comida el domingo a veces, al principio, era como un bajón, y es difícil el desarraigo, sobretodo al principio, hasta que te haces un grupo de amigos”.

Una vez que se abran los viajes de cabotaje tendrá que viajar a Buenos Aires para los cursos presenciales de la Maestría Molecular y ya planifica una próxima especialización en Bacteriología. “Mi idea es hacer, más adelante, una especialidad en Bacteriología, me gusta estudiar”, remarcó la bioquímica, que además sostiene que le interesa la docencia y que está muy conforme con su trabajo en la actualidad.

En una demostración de agradecimiento, Laura indicó que “no hubiera podido estudiar sin mis viejos, porque siempre me inculcaron desde que tengo memoria que el estudio era una herramienta muy importante para desempeñarme el día de mañana, y tuve la suerte de elegir una carrera que realmente me gusta”.

 

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