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Chicos que Crecen: Luana, profesora y ejemplo de perseverancia

Las complicaciones de la vida nunca hicieron que esta riograndense bajara los brazos. Superó los problemas de estudiar a miles de kilómetros de distancia y hoy sigue su camino sin olvidar su origen, la familia y el sacrificio realizado.

Luana Paidican es docente de Educación Física. Actualmente, vive en Neuquén y, a pesar de la pandemia, se mantiene activa brindando clases privadas. Creció en Río Grande y pudo sobrellevar las dificultades de estudiar a más de tres mil kilómetros de distancia de su familia en tiempos complejos.

Su primera etapa de aprendizaje transcurrió en el jardín Arcoiris, luego en la escuela N° 27 Kar Yen. La secundaria la cursó en el Polivalente, egresó en el 2015 y guarda el mejor recuerdo de esa época de su vida.

“Siempre me gustó la educación física, siempre fui mi deportista, me gustaban muchas cosas, me mantenía activa todo el tiempo”, relata la joven acerca de su vocación, aunque también reconoce las complicaciones de trasladarse a otra ciudad para enfrentar el desafío de una carrera universitaria.

“Era algo que lo pensé mucho tiempo, en ese entonces era muy difícil mandar una hija estudiar lejos, porque era muy lejos, era mujer, muchas cosas tenía en contra y muchas cosas que me iban a ayudar”, comentó Luana, y agregó que su éxito “también fue el esfuerzo de mi familia, mi papá más que nada”.

Durante su adolescencia tomaba dos colectivos para poder asistir a la secundaria, lo cual comenzó quizás a formar el carácter del esfuerzo y, con la contención anímica de los parientes, pudo recibirse en la localidad de San Rafael, en la provincia de Mendoza.

Fue becada por la provincia de Tierra del Fuego y por la facultad. Se recibió el 13 de diciembre de 2019, habiendo estudiado los cuatro años exactos que prevé la carrera.

El inicio no fue fácil, pero contó con la colaboración de muchos vecinos y amigos de la familia. Lo primero fue presentar toda la documentación necesaria para la inscripción en la casa de altos estudios. La ayudaron profesionales fueguinos, de medicina y de psicología, para que pudiera cumplir con todos los requisitos psicofísicos.

En algunas ocasiones, cuando los resultados no eran los deseados, pensó en abandonar, pero su padre, madre y hermanos, la apoyaron permanentemente para brindarle tranquilidad y confianza.

“Mi papá fue el que me mandó, fue el que me bancó, fue el que me mandaba plata y que me reta, el que me decía de todo, el que me decía que yo podía, que lo lograría, y creo que aprendí también muchísimo, porque cuando yo le decía que me había ido más o menos, el me decía que yo podía y que lo volviera a intentar”, comentó la docente de Educación Física, y aseguró que “eso necesitamos los jóvenes, el apoyo de todos los que estén alrededor, que no nos tiren abajo, de eso creo que también mi papá aprendió mucho cuando me fui a estudiar”.

Entre tantas complicaciones de la existencia moderna, quizás como una última prueba de voluntad ante la providencia, y a pesar de haber estudiado incansablemente para el último examen de la carrera, el destino hizo que tuviera que rendir por segunda vez la evaluación final. Pero eso no fue mayor obstáculo para su espíritu perseverante.

“Esa materia la había estudiado de arriba abajo, completa, inclusive iba a clases particulares para poder sacarme todas las dudas, seguía la mesa de ayuda en la facultad, había estudiado tanto -destacó la profesora-, pero se ve que los nervios me habían jugado en contra y en la última materia la había desaprobado, y era la última materia, y era la más complicada, por eso la había dejado a lo último, y la había desaprobado, así que tuve una semana más para volver a rendirla, si no hubiera tenido que esperar hasta 2020 para recibirme”.

Así todo, después de tanto sacrificio y de haber logrado el objetivo, Luana no perdió las ganas de seguir buscando el destino y se instaló el Neuquén para continuar escribiendo su historia.

“Cuando me recibí, el año pasado, decidí vender todas mis cosas y me vine a vivir a Neuquén, estoy actualmente viviendo en la ciudad de Las Ovejas, en el norte neuquino, probando vida nueva, viendo cómo me va estos años -precisó la fueguina-, todavía no llega el título por el tema de la pandemia y, en este momento, estoy dando todas actividades privada, entrenamiento funcional y aerobox, con todas las edades, estoy muy activa, tengo trabajo toda la mañana, toda la tarde, hago clases por videollamada, mando videos”.

Luana Paidican también pasó por «Chicos que crecen», el espacio motivador de cada martes en Un gran día, por ((La 97)) Radio Fueguina.

  • Nota emitida el martes 20 de octubre de 2020
  • Entrevista: Marita Romero
  • Redacción: Alejandro Romero

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