Los primeros llegaron a las siete de la mañana, a pesar de que el comercio recién abría sus puertas pasadas las nueve.
Con el correr de las horas, cientos de vecinos llegaron con la intención de hacerse con el puesto laboral que se promocionaba, en una conocida dietética de la ciudad.
Fueron finalmente cerca de 300 los currículum que recibió el dueño de este emprendimiento, que ahora tiene la difícil tarea de dar trabajo a alguien, sobre otros cientos que seguirán siendo desocupados.
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