La cuarentena decretada por el gobernador Gustavo Melella y por el intendente de Río Grande Martín Pérez comienza a evidenciar su efecto en la curva de contagios por coronavirus en la zona norte de Tierra del Fuego.
Es que el pico alcanzado el pasado martes, con 786 casos activos con vecinos cursando la enfermedad, bajó a 750 el miércoles y ayer registró un leve alza, aunque las autoridades sanitarias destacaron que esto se debe al contagio por conglomerado registrado en la Escuela de Policía que terminó con más de 30 cadetes contagiados.
En apenas un mes, desde el pasado 20 de julio, se registraron en Río Grande más de 1200 casos, con un promedio de 40 nuevos pacientes por día y por primera vez se evidencia una leve disminución en los casos activos.
Además, ya son más de 500 los vecinos de Río Grande que han sido dados de alta y por lo tanto se los considera recuperados de COVID-19.
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