En principio fueron prohibidos. Luego se habilitaron pequeños encuentros, con el núcleo más cercano. Después se extendieron y pudieron ser hasta de veinte personas. Y ahí comenzó el retroceso.
Ya desde el fin de semana las autoridades del Ministerio de Salud de Tierra del Fuego acotaron los encuentros sociales para que estos sean solo hasta de diez personas y el miércoles habían recomendado que, en lo posible, en estos solo se encuentren miembros del mismo grupo familiar.
Sin embargo, desde hoy y a instancias de las nuevas disposiciones anunciadas ayer por el gobernador Gustavo Melella, las reuniones están totalmente prohibidas en la ciudad de Río Grande por el plazo de diez días.
El mandatario, en un paquete de medidas que tiende a contener el brote de COVID-19, también dispuso que desde hoy y por el mismo plazo estén cerrados restaurantes, bares, gimnasios, clubes e iglesias y templos religiosos.
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