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Programador: Una especialidad con atractiva salida laboral

La demanda de programadores es alta, con salarios 40% por encima del promedio de mercado. La impoertancia de la computación en el futuro pospandemia.

El titular de la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos (Cessi), Sergio Candelo, afirmó que el sector tecnológico es clave para el desarrollo de la economía argentina, y que la demanda de programadores es alta, con salarios 40% por encima del promedio de mercado.

Candelo, en una entrevista con Télam, dijo que la industria del software es el «aceite del motor» de la reactivación económica.

El presidente del Cessi también destacó la importancia de la ley de economía del conocimiento y anheló que en un futuro no lejano «sería ideal que pasáramos de M’Hijo el dotor, a mi hijo el programador», como cambio de paradigma respecto de la frase de época registrada por la obra de Florencio Sánchez a principios del siglo pasado.

Télam:  ¿Cómo impacta este sector en la economía total de la Argentina?

Sergio Candeo: Es una pata clave. La tecnología tiene cada vez más impacto en la economía. En otro contexto, la demanda mundial de talento es casi infinita. Ahora con la pandemia, puede haber más desempleo pero es coyuntural. En la Argentina podríamos ser millones de programadores y el mundo los va a demandar.

Hoy tenemos 115.000 programadores y la proyección para el 2030 es llegar a 500.000. Podríamos ser un millón y tener muchas empresas trabajando con argentinos o en la Argentina. La demanda de empleo está y paga 40% más que el promedio del sueldo de la economía. El salario mínimo está por encima de la canasta básica.

Esta actividad saca a la gente de la pobreza, es inclusivo, es federal. Lo que falta es capacitación. Si incorporaran programación en las escuelas, si logramos que la sociedad hable de programación, más allá de la carrera que elijan, sería excelente pasar de m’hijo el dotor a mi hijo el programador.

T: ¿Pero hoy, para la reactivación post pandemia?

SC: El sector antes de la pandemia estaba pensando en ser uno de los pilares de la economía argentina, con exportaciones por US$10.000 millones y un producido por US$20.000 millones. A partir de la pandemia, la tecnología pasa a tener una importancia mayor. Hoy trabajás desde tu casa, tenés reuniones virtuales. Nuestra industria es el aceite que lubrica el motor.

T: ¿Cómo atraviesan las empresas del sector, la mayoría pymes, esta coyuntura?

SC: Hay dos cuestiones, la tecnología va a ser clave y el futuro va a demandar más tecnología, porque también nos estamos acostumbrando a usarla. Desde los turnos para ir al banco, las compras en línea, las reuniones virtuales el trabajo remoto. La tecnología tiene un impacto muy fuerte Lo que tenemos que pensar es formatos para que los sectores más golpeados puedan acceder a recursos para capacitarse e incorpora tecnología. Hay una gran necesidad, y va a haber una gran necesidad, pero no será una demanda concreta si los sectores -clientes de las empresas de tecnología- están muy golpeados.

T: ¿Necesita el sector una ley de promoción como la de Economía del conocimiento?

SC: Esta industria viene de 16 años con la ley de promoción de software -que venció en diciembre pasado-. Hace seis meses que no tenemos ningún beneficio cuando se había proyectado un 2020 con beneficios, porque la ley de Economía del Conocimiento estaba vigente para nuestro sector.

El análisis que hicimos a mediados de abril nos demostró que el 91% de las empresas tenían problemas. Este sector necesitaba ayuda y el Gobierno pensaba que nosotros no teníamos problemas.  Por ejemplo quedábamos afuera de los ATP, porque calculaban sobre la facturación del año anterior y sin caída en la facturación no te dan el beneficio. El grueso de las empresas del sector tenían aumento nominal de facturación pero por debajo de la inflación. Los sueldos tuvieron aumentos fuertes y la facturación subió hasta un 20%. Sin la ley accedimos a los préstamos para pagar los sueldos con tasas del 24% en 12 meses con tres meses de gracia, y con la ley de Economía de Conocimiento había un beneficio con los aportes. Cambiamos beneficio por un préstamo. Trabajamos muy fuerte con el Ministerio para que la ley estuviera lo antes posible porque era la forma más ágil de generar una ayuda al sector.

T: Con la ley este «aceite» termina con saldo positivo, sin la ley con saldo negativo?.

SC: Es que la situación es crítica en las empresas. Sin la ley es peor. Existe el riesgo de que haya empresas que no puedan continuar.

T: Pero tienen un incremento de la demanda en el mercado interno.

SC:- No se termina de plasmar una demanda concreta. Las empresas saben que tienen que ir para ahí. Los bares, restaurantes que tienen cero ingresos o ingresos muy chicos, saben que necesitan tecnología, pero están luchando por subsistir. Por eso hablamos de algún tipo de ayuda del gobierno para fortalecer la tecnologización de las empresas. Un mecanismo para generarnos demanda a nosotros en este contexto. Esta situación Argentina la vivió en el 2002, si se puede mantener una cantidad de empresas vivas en estas circunstancias, cuando vuelva la actividad a girar más normal uno tiene dónde pararse para poder ofrecer trabajo y productos. Si queda tierra arrasada, cuando vuelve la demanda no hay nada para entregar.

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