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Una senadora no quiere sesionar más porque otra amenazó con pegarle «un chirlo»

Es Clarita Vega, del interbloque federal. La tucumana Mirkin, del oficialismo, dijo la semana pasada que le daría un «bollo» y un «chirlo» por opinar del crimen de su coterráneo Espinoza. La riojana no se volvió a conectar.

Las sesiones remotas lejos estuvieron de eliminar las peleas entre los legisladores y en el Senado hasta se dio una disputa con amenazas de golpes y desconexión por tiempo indeterminado.

La protagonizaron la tucumana Beatriz Mirkin, del Frente de Todos; y la riojana Clarita Vega, del interbloque Federal, un grupo de 4 senadores que se juntaron en abril y hace 15 días empezaron a funcionar como aliados de Juntos por Cambio.

Este jueves, durante la sesión informativa del jefe de Gabinete, el salteño Juan Carlos Romero informó que su compañera Vega no había querido conectarse por «haberse sentido realmente amenazada de agresión física por parte de la senadora de Tucumán» que, aclaró, nunca se disculpó.

La amenaza no fue retórica. Después de escuchar desde su casa la alusión de Vega al crimen del peón rural Luis Espinoza cometido por la policía de Tucumán, pidió la palabra y, vía zoom, dijo que «tenía ganas de darle un bollo» si hubiera estado presente.

«Tal vez lo hubiera hecho, como lo hizo la diputada Camaño. Le hubiera pegado un chirlo a la senadora Vega», insistió, en alusión a aquella trompada en la boca y tomando carrera de la diputada bonaerense a Carlos Kunkel, en octubre de 2010.

Después justificó su furia. Explicó que Espinoza murió acribillado por la policía pero no por «ir a buscar plata para la pobre familia que tenía» sino porque iba «a cobrar. Ahí había carrera de caballos. Cuadreras, donde corre mucha plata. Y corre mucha plata por la policía, también».

Vega le respondió por twitter. «La forma siempre es la denuncia y la condena judicial, nunca el gatillo fácil. Repudio sus dichos y sus modos, agravado por la banca que ocupa», le escribió. Pero Mirkin nunca la contacto y la riojana no quiere sesionar más hasta que al menos no se arrepienta de haber deseado golpearla.

«Quiero comunicarles que he decidido no participar de las sesiones remotas especiales del Senado hasta que no se realice la rectificación pública correspondiente en el recinto, por los agravios que recibí por parte de la senadora Mirkin», dijo según publicó LaPolíticaOnLine.

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