Entre las tres significaron $1.323.855 millones, el 53,45% de las erogaciones realizadas por el Estado nacional, según se detalla en los «Gastos por Objeto» del portal de Presupuesto Abierto.
«A diferencia de las provincias, la mayor parte del gasto del Estado nacional no se destina a salarios, sino al pago de jubilaciones y pensiones, así como a gastos sociales», explicó a Télam Ariel Melamud, director de Análisis Fiscal de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP).
Al respecto explicó que, si bien las jubilaciones y pensiones están identificadas con una línea especial, las transferencias al sector privado como «Ayudas Sociales» son una categoría con multiplicidad de componentes no detallados.
«Ahí están incluidos muchos de los nuevos rubros que surgieron con la crisis sanitaria por el coronavirus, desde las transferencias a empresas para el pago de ATP hasta el dinero destinado para el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) o el abono de la tarjeta alimentaria», aseguró Melamud.
Detrás de estos siguen las partidas referidas al pago de «Servicio de la Deuda Colocada en Moneda Nacional», con $116.109,4 millones; a “Servicio de la Deuda Colocada en Moneda Extranjera» con $79.508,5 millones; y a los «Intereses por Préstamos Recibidos» de organismos internacionales con $67.229,7 millones.
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que la Argentina postergó pagos de intereses de deuda en dólares por lo que, de no haber iniciado un proceso de reestructuración de su deuda pública externa, el monto sería aún mayor.
De hecho, si bien el Gobierno está trabajando con un presupuesto prorrogado de 2019, el porcentaje de ejecución de la partida para el pago de intereses de deuda en dólares representa apenas el 18,5 % del total asignado para ese año.
Por último se ubican otros rubros de gran asignación presupuestaria como los subsidios a la distribución de energía eléctrica a cargo de la empresa Cammesa ($95.500 millones) y las transferencias al Fondo de Garantías Argentino (FoGAr), con $56.000 millones.
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