Publicado en

A 29 años de la Jura de la Constitución fueguina: el Día de la Provincia

Se cumplen 29 años de la jura de la Constitución Provincia. La jerarquíade aquellos Convencionales Constituyentes y los funcionarios que vendrían después a conducir el nuevo Estado.

Junio de 1991. Días históricos como no habrá otros para Tierra del Fuego.

Después de una larga lucha y sorteando los egoístas debates partidarios (más que políticos), los fueguinos habían visto alumbrar quince meses atrás la Ley de Provincialización; la Constitución hecha libro y lista para ser jurada constituía el paso simbólico fundamental para el nacimiento de la última provincia argentina.

Todo era celebración, sueños y organización.

Un grupo de hombres comunes de la sociedad (que a la distancia nos parecen prohombres, con justa razón) habían trabajado poco más de seis meses. Ese 1 de junio de 1991 un puñado de fueguinos que querían ser los representantes de toda una comunidad se aprestaban a dar el “Sí juro”, respetarla, cumplirla y hacerla cumplir, promesa que (el tiempo diría), pocos o muy pocos asumieron como un deber, más que un grito de actuación.

Eran jornadas de discusión por la construcción del porvenir, debates para alcanzar anhelos comunes y no por hacerse del poder y la riqueza personal.

La pasión en la discusión era abierta y de cara al pueblo y así se logró parir una Constitución que, con aciertos y errores, se pudo presentar como modelo para una Argentina que miraba con curiosidad el nacimiento de su pequeña y más joven Provincia.

Desde esa curiosidad, seguía latente el temor expresado por algunos de que los fueguinos adolecieran de “falta de madurez” para dejar de ser de golpe territorio nacional y lanzarse a caminar con la independencia que el sistema Republicano y Federal permite y demanda.

Con esos temores ajenos, el entusiasmo propio y la atención de todos se puso en marcha, en enero de 1991 la histórica Convención Constituyente Provincial.

Con el Movimiento Popular Fueguino imponiendo mayoría (superó en la elección la suma de todos los partidos adversarios) el collage político de aquella Convención Provincial tuvo hasta el imponderable aporte de la minoría que por entonces proponía el Partido Socialista Auténtico.

Según el orden que ocuparon en las boletas que irían a las urnas, Miguel Angel Castro, Ruggero Preto, Delia Rosa Weiss Jurado, José Arturo Estabillo, Diana Wilson, Carlos Perez, Néstor Nogar, Hernán López Fontana, Elena Rubio de Mingorance, Demetrio Martinelli y Carlos Pastoriza (Movimiento Popular Fueguino); Alejandro Funes, Alberto Revah, César Marcos Mora, Mario Félix Ferreyra y Luis Andrade (Partido Justicialista); Daniel Blanco y Jorge Rabassa (Unión Cívica Radical) y Edelso Luis Augsburger (Partido Socialista Auténtico) iniciaron el 10 de enero de 1991 la redacción de lo que sería la Carta Magna, la Constitución de la Provincia de Tierra del Fuego.

Fue el escenario de aquel hecho histórico el salón de actos de la Escuela Nro.1 Domingo Faustino Sarmiento de Ushuaia. La sesión constitutiva fue presidida por Rosa Weiss Jurado con Carlos Revah como su secretario (como es de rigor, los dos convencionales de mayor y menor edad respectivamente)

Enseguida, y por votación de sus pares, Elena Rubio asumiría la presidencia que sostuvo hasta el último instante, aquel de la emotiva ceremonia en la que Doña Elena le tomó un espontáneo juramento “al pueblo” a todos los presentes en el cierre de sesiones y juramento formal de los Convencionales, el 1 de junio de 1991, fecha de la que hoy se cumplen ventiséis años.

Entretanto, la Convención hubo de trasladarse en alguna oportunidad a Río Grande donde sesionó en el desaparecido salón de usos múltiples del Hotel Los Yaganes.

Este último capítulo del proceso histórico más importante de Tierra del Fuego empezó y culminó en la siesta del 1 de junio en el gimnasio Italo Favale de Ushuaia.

 

Ana Mingorance, presidenta de la Convención Constituyente Provincial

 

Con el deber cumplido

Alcanzó aquella Cámara un grado tal de jerarquía que hasta se cuidaron de eliminar de un plumazo los tratos honoríficos en la Provincia, una distinción indignante que aún sobrevive cínica en la organización política de muchas provincias argentinas.

Sabiendo que el honor no se estampa en la placa de un despacho sino en la acción en la banca, se jugaron no por el bronce sino por el reconocimiento de la historia.

Hubo muchos motivos para elogiar el trabajo final, plasmado en el documento que hoy tenemos como Ley Superior de la Provincia.

Pasado el tiempo, ninguno de ellos reclamó tampoco honores, y varios eligieron no volver a participar en política o no intentar acceder nunca más a cargos electivos.

A la luz de los acontecimientos que sobrevendrían, la historia y la Provincia los extrañan demasiado o añora (como necesita imperiosamente) su capacidad para superar diferencias, su inclinación al esfuerzo fecundo y su honestidad. Valor, este último, que no pudo haber estado plasmado en la letra de la Carta Magna pero tampoco quedó como signo distintivo de casi ninguno de los funcionarios que tuvieron el honor de conducir el nuevo Estado durante estos jóvenes 29 años.

Feliz Día de la Provincia de Tierra del Fuego para todos.

 

Por Oscar D’Agostino para www.radiofueguina.com

Comentarios