Publicado en

Corrientes: El Centro de Goya fue declarado Área Urbana Histórica Nacional

En 1825 fue ascendida al rango de Villa y en 1852, al de Ciudad, por parte del Gobierno de la Provincia de Corrientes.

Por iniciativa de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, organismo desconcentrado del Ministerio de Cultura, el centro de la ciudad de Goya, en la provincia de Corrientes, fue declarado Área Urbana Histórica Nacional, al mismo tiempo un sector fue declarado Área de Amortiguación Visual.

Así lo establece el decreto 472/2020 que lleva la firma de presidente Alberto Fernández, el jefe de Gabinete Santiago Cafiero y el ministro de Cultura, Tristán Bauer.

El decreto señala las características principales que hace de esta ciudad de Goya un área histórica: se emplaza en el suroeste de la Provincia de Corrientes, sobre una bifurcación del Río Paraná, lo que favoreció el desarrollo del Puerto de Goya como base naval y militar estratégica en nuestro país.

Destaca también que fue puerto de la Escuadra de la Liga de los Pueblos Libres entre los años 1815 y 1820 y Cuartel General de la Conquista del Chaco Austral, entre 1872 y 1884 y también, puerto de exportación de cueros y productos agrícolas.

Creció espontáneamente en el siglo XVIII y principios del siglo XIX, gracias al comercio fluvial de cueros que se desarrollaba a través del Río Paraná, ruta natural para la entrada y salida de bienes al territorio actual de la República de Paraguay.

En 1825 fue ascendida al rango de Villa y en 1852, al de Ciudad, por parte del Gobierno de la Provincia de Corrientes.

A fines del siglo XIX, llegaron a la zona inmigrantes europeos que se asentaron en las colonias agrícolas creadas en la provincia, a partir del Acuerdo firmado en el año 1855 entre el gobernador Juan Pujol y el médico francés Augusto Brougnes y por ese motivo, la ciudad contó con uno de los pocos Hoteles de Inmigrantes del país -construido en el año 1888- además del que se encuentra en la ciudad de Buenos Aires.

La ciudad se desarrolló desde principios del siglo XIX con edificaciones de planta baja que, en su mayoría, ocupaban un cuarto de manzana, permaneciendo en pie hasta nuestros días la mayor parte de ellas.

Sus fachadas adoptaron una impronta italianizante, aunque las viviendas estaban desarrolladas a partir del esquema de la casa colonial, con patio y galería, elementos que constituyen un claro sello regional en esta zona de clima tórrido, con muros de mampostería, cubierta con estructura de madera y tejas o chapa, carpinterías de madera y rejas de hierro, patios con pisos revestidos con ladrillos y galerías con mosaicos calcáreos. La sucesión de estas edificaciones, las veredas de baldosas calcáreas, las calles amplias adoquinadas, las plazas y el río siempre presente constituyen un sitio de alta calidad ambiental y gran belleza, conformando el singular perfil de la ciudad.

Entre mediados del siglo XIX y principios del XX se incorporaron a la ciudad, escuelas, hospitales, edificios de gobierno, teatros y también las sedes de organizaciones, como las sociedades de inmigrantes.

En las primeras décadas del siglo XX, se construyeron el Teatro Solari -el más antiguo del país-, la Catedral Nuestra Señora del Rosario, el Hospital San Juan de Dios, todos ellos obra del arquitecto Francesco Pinaroli, la Escuela Normal, el Club Social y la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos y la Iglesia San Roque y San Jacinto.

Su estructura urbana repite el trazado derivado de los criterios de las Leyes de Indias, cuyo casco histórico tiene como centro la Antigua Plaza Libertad, hoy Plaza Mitre, frente a la cual se emplazan importantes edificios para la ciudad.

 

Comentarios