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Piratas: Militar británico mandó a «callar» a autoridades del Gobierno fueguino

Se trata del ex jefe de la Royal Navy, Alan West. Salió al cruce de las declaraciones de funcionarios del Gobierno provincial que criticaron la permanencia de un buque de guerra en las aguas circundantes a Malvinas

El almirante de la Armada Real Británica Lord Alan West le dijo a la Argentina que se “enrolle el cuello y se calle”, luego que el secretario de Malvinas de Tierra del Fuego, Andrés Dachary acusara al Reino Unido de continuar “violando la zona de paz y cooperación del Atlántico Sur” al conocerse que el buque de guerra HMS Forth se encuentra navegando por aguas jurisdiccionales de la argentinas, de las islas Georgias del Sur.

“Si quieren tener paz y estabilidad en la región, de la que están hablando, entonces la forma de lograrlo es no hacer sonar el sonajero”, censuró mediáticamente el Marino inglés.

El HMS Forth llegó a Malvinas el 16 de enero y la semana pasada realizó el viaje de 850 millas, dentro de aguas argentinas, hasta el archipiélago de las islas Georgia del Sur, como adelantó AGENDA MALVINAS el pasado jueves.

A las pocas horas Andrés Dachary, secretario de Malvinas, Antártida e Islas del Atlántico Sur de Tierra del Fuego, condenó la presencia militar del Reino Unido, alegando que era una «violación clara» de la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur y se preguntó por qué Gran Bretaña se estaba desplegando, aprovechando la situación de la pandemia mundial de coronavirus.

Como respuesta Lord Alan West, acusó directamente al gobierno argentino de hipócrita y de producir “ruidos de sables”. “Fue la invasión argentina, no provocada, de una nación pacífica en 1982 la que causó ese problema en la región”, argumentó.

“Ellos son los culpables de no buscar la paz y la seguridad en la región. Esto es solo politiquería (…), que siempre es muy peligroso e innecesario, particularmente en este momento de Covid-19”, dijo el marino.

Lord Alan West comandaba el HMS Ardent, cuando este fue hundido el 22 de mayo de 1982 por las certeras bombas que el Capitán Pablo Carballo le arrojó desde su A-4B Skyhawk, en momento que el navío se encontraba en el estrecho de San Carlos.

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