La incertidumbre reina entre los operarios de la empresa Digital Fueguina, ubicada en el Parque Industrial de la ciudad de Río Grande y que depende directamente del grupo empresario Garbarino.
Es que el destino todo de la firma está en manos de sus acreedores, producto de la grave crisis por el derrumbe del consumo, la inestabilidad del tipo de cambio y las elevadas tasas de interés.
Esto ha hecho que, luego de más de 60 años en el mercado argentino, Garbarino esté literalmente en venta y con esto también sus dependencias y sucursales.
Garbarino tiene el 22 por ciento del market share, cuenta con más de 120 sucursales y emplea a 4500 personas y entre ellas se encuentran tanto la firma Digital Fueguina, que fabrica parte de su stock de electrodomésticos, y la propia sede de Garbarino, frente a la plaza Almirante Brown.
La inmediata convocatoria de acreedores ha convulsionado al sector fabril local, motivando a que los operarios de Digital Fueguina realicen asambleas diarias con una duración de una hora, intentando acceder a información real sobre lo que ocurrirá con la empresa.
Entre los interesados en acceder mediante capital a las acciones de Garbarino está el grupo Inverlat, fondo que es dueño de la mega empresa alimnenticia Havanna, que incluso realizó una oferta sobre el cierre del año pasado, con una estrategia: inyectar dinero, reestructurar la compañía y volver a poner a Garbarino en pie.
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