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Reflexiones “autorizadas” en el Día Mundial del Voluntario

Mónica Becerra trabaja como colaboradora en el entorno de la Fundación Garrahan. Es conocida por su constante predisposición a prestar ayuda a quien lo necesita. Sus reflexiones para ((La 97)) Radio Fueguina en un día muy particular.

Este jueves 5 de diciembre se conmemoró el Día Mundial del Voluntario y en ((La 97)) Radio Fueguina conversamos con una reconocida referente local. Se trata de Mónica Becerra, quien trabaja en el marco de la Fundación Garrahan. La activista social destacó la dedicación que se necesita para ayudar a los vecinos en distintas tareas y sostuvo que una parte importante del trabajo radica en convocar a las nuevas generaciones de voluntarios para que continúen con el legado de la solidaridad.

“Es un trabajo que se hace de corazón, es un trabajo que te lleva mucho tiempo, un trabajo donde recibís muchos abrazos, muchas sonrisas, donde también corren lágrimas por cosas que por ahí uno quiere hacer y no las puede, porque te encontrás con una pared que te dice que no, y eso duele, pero nos volvemos a levantar y volvemos a seguir”, señaló Becerra.

Veinte años de trayectoria avalan a la voluntaria, quien hizo hincapié en lograr la participación de los jóvenes: “Los que se acercan, y hasta el día de hoy están a la par nuestra, son nuestro semillero, nosotros queremos formar más voluntarios, de eso se trata este programa, porque no es que yo toda mi vida voy a ser voluntaria, tengo que buscar que esto pueda seguir, como cuando estuve cinco años trabajando en Tolhuin por este voluntariado y, cuando me fui de Tolhuin a trabajar a otro lado, yo tuve que buscar, de nuestro grupo, quién iba a ser la responsable de llevar adelante ese trabajo voluntario”. “Siempre tenemos que buscar trabajar en conjunto y codo a codo con la persona que realmente pueda ayudar a cumplir también este camino de la solidaridad”, añadió.

Solidaridad

Según resaltó Becerra, en algunas ocasiones, el camino de la solidaridad significa hacer contribuciones económicas, pequeñas y grandes. “No se cobra nada, incluso nosotros mismos, a veces tenemos que aportar algo de nuestro bolsillo para que todo salga bien, porque todo es ser voluntario -relató la referente-, cuando tenemos que participar de los cierres de todos los fines de año, tenemos que participar todos los voluntarios de las distintas provincias, que tomamos el trabajo como propio, siempre nos pagamos el pasaje, la estadía, y a veces también la que no puede pagar la estadía se aloja en la casa Garrahan”. “Es una familia de voluntarios muy grande y muy importante y através de todas las provincias también siempre se suman voluntarios”, amplió.

Además de ser voluntaria, Becerra es trabajadora de planta permanente en la Intendencia de Río Grande: “Yo también cumplo un horario como empleada municipal, tenemos un horario y también cobramos un sueldo, como todos, pero también tenemos después otro trabajo, voluntario de corazón, cuando alguien necesita algo y no es mi horario de trabajo, ahí estamos nosotros, cuando hay que mandar algo, algún sobre, o ir a buscar algún paquete que alguien necesita, nosotros también estamos, porque lo hacemos de corazón”.

Si bien la vecina riograndense desempeñaba algunas actividades solidarias previamente, desde un ámbito religioso, el vínculo con la Fundación Garrahan comenzó en el año 2008, a partir de una publicidad televisiva. “Un día una amiga que ayudábamos a la gente cuando necesitaba alimentos o ropa, siempre a través de una iglesia tratábamos de conseguir y ayudar a la persona que necesitaba, entonces, un día de esos, Vanessa ve en la tele la propaganda de que no había que tirar los papelitos, que eran para la Fundación Garrahan, entonces nosotros nos comunicamos y nos anotamos como mujeres voluntarias, y ahí empezó todo este gran trabajo que se viene haciendo desde aquellos años, sumando más voluntarios, porque somos muchos, cada día más”.

 

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