En los últimos meses, el Municipio de Río Grande comenzó un proceso de restauración y puesta a punto del famoso «barquito azul», ubicado en las costas de nuestra ciudad.
Sin embargo, apenas unas horas después de su inauguración, los actos vandálicos volvieron a estar a la orden del día, con consecuencias claras: parte de la estructura fue dañada y las paredes (recientemente pintadas) fueron graffiteadas.
Ante tamaño panorama, resurge un proyecto presentado hace años por un vecino de la ciudad para no solo restaurar la embarcación, sino también transformarla en un punto turístico y dar trabajo a personas con capacidades diferentes.
Se trata de una iniciativa del vecino Héctor Rulli, quien presentó en el Concejo Deliberante de la ciudad, hace casi 10 años, un proyecto que busca restaurar el «barquito» y, como él mismo explica, que «deje de ser un baño público».
«La idea es transformarlo en un café y cuidar la costa, pero también dar trabajo a personas con capacidades diferentes como mozos y que estas gayan ganando dinero con la propina», relató Rulli a Radio Fueguina.
«Fue un proyecto presentado hace un montón, cuando (Jorge Luis) Martín era Intendente», resaltó, y comentó que la incluso un Concejal llegó a decir que la iniciativa era «inviable».
El proyecto, en definitiva, está en el Concejo Deliberante, y dependerá de los concejales o del propio Municipio de Río Grande reflotarlo y lograr así poner en valor uno de los puntos más conocidos de la ciudad.
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