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Ernaga y Bayerque se quedaron con el Cruce por el Paso Garibaldi

Pablo Ernaga -en su debut absoluto en la prueba- y la también riograndense Daniela Bayerque se alzaron el domingo con el 3er. Cruce del Paso Garibaldi, organizado por la Agrupación Atlética Fin del Mundo (AAFM).

Pablo Ernaga -en su debut absoluto en la prueba- y la también riograndense Daniela Bayerque se alzaron el domingo con el 3er. Cruce del Paso Garibaldi, organizado por la Agrupación Atlética Fin del Mundo (AAFM).

La prueba de fondo esta vez se llevó a una distancia de 25 kilómetros (se le agregaron 700 metros), largándose a las 7:13, desde un punto ubicado sobre la ruta nacional n.º 3, en inmediaciones de Rancho Hambre.

La competencia tuvo 29 anotados, de los cuales 26 finalmente se dieron cita en el seminublado amanacer, a 40 kilómetros de Ushuaia. Con mucha menos gente que el año pasado, cuando se dieron cita 44 fondistas (y 75 contando la Vuelta, de 13,3 km.). Pero con un clima agradable, respecto al de una semana atrás, y al del pronóstico que anunciaba lluvias.

Los participantes debieron trepar por el Garibaldi, hasta el Mirador (kilómetro 8,15), para luego comenzar a bajar progresivamente, hasta la zona de la Herradura primero (km. 11,7), luego hacia un ingreso -no el vehicular- a la Hostería Petrel, para continuar hasta el derruido edificio, en la costa del lago Escondido -el punto más bajo del recorrido- y encontrarse con la no tan sorpresiva presencia de hasta 60 centímetros de nieve, en la subida hasta el refaccionado Mirador.

Muchos de quienes han corrido en varias oportunidades expusieron que la dureza de esta edición no se le asemeja a ninguna anterior, por lo dificultoso para completar dicho tramo, de pleno ascenso.

 

De punta a punta

Como acostumbra, Ernaga se alejó decididamente del lote de perseguidores apenas se dio la señal de salida, corriendo todo el grupo en sentido inverso al tránsito vehicular. Ya antes del kilómetro 2 -donde este cronista tomó las primeras fotos a los concursantes- su ventaja era considerable, tanto que tras permanecer unos 6’ allí, el líder recién pudo ser fotografiado unos 200 metros después de completar el 20% de la prueba (kilómetros 5,300), a una media de 4:24 en dicho tramo.

Sin Eduardo Mónaco -el segundo ganador del Cruce, doce meses atrás-, y con César Ruiz (vencedor en cinco oportunidades de la Vuelta, y en 2017 en el debut del Cruce) como escolta más inmediato -pero sin competir en forma oficial, ya que no se había anotado-, Ernaga fue ampliando la distancia sobre sus seguidores.

Cuando el puntero pasó por la Herradura cronometraba 46:44, a 4 minutos exactos por kilómetros, contra 52:33 de Ruiz, y los 55:56 de Fernando Cristaldo y Luis Núñez, segundo y tercero en la clasificación oficial. Sin dudas que era el mejor promedio en este corto historial del Cruce, frente a los 45:53 de Mónaco en 2017, cuando -recordemos- ese paso por la Herradura constituía el km. 11 (a un promedio de 4:10 de este último).

No obstante, el represente del Sindicato de Camioneros, Gimnasio Perfil, Guadis Juguetería, Herba Life, la Secretaría de Deportes y Punto Norte Sport Team, debió lidiar en un terreno extraño, y con piso invisible por la acumulación nívea.

Con condiciones mucho menos adversas, Ruiz se imponía en 2017 con un tiempo de 1:42:41, y lo sucedía Mónaco en la siguiente temporada, merced a sus 1:49:04 (en ambos casos sobre 24,30 kilómetros).

Acompañado por un móvil de Gendarmería Nacional perteneciente al Escuadrón Ushuaia, el riograndense transitó por la gran curva que desemboca en la Herradura, y concluyó su tarea en 1:49:46, con un segundo parcial (del kilómetro 11,7 al 25) de 1:03:02. Es el primer éxito de un pedestrista de esta ciudad en el Cruce, y en la Vuelta habían ganado Guillermo Toledo (2017) y Oscar Torres (2018), es decir, cuando el foco principal ya lo constituía el novedoso Cruce.

 

En ascenso

El segundo en cruzar la meta y de llevarse por delante la tradicional cinta con la cual la AAFM recibe desde el primero al último de los participantes fue el veterano C ushuaiense Jorge Garrido, que en el segundo tramo superó al mayor A Luis Núñez y al mayor B Fernando Cristaldo -ambos debutantes en la prueba-, para registrar 2:04:48, frente a los 2:04:59 y 2:05:44 de sus coterráneos.

Nahuel Eriksson (1º) y Alejandro Ortiz (2º) encabezaron el clasificador de los veteranos B (nacidos entre 1970 y 1974), colándose entre ambos César Ruiz, más allá de estar fuera de competencia (“me pinché”, manifestó quien milita en la misma división de aquellos).

 

La Challenger sigue

Repuesta del mal trago que pasó en el final de la prueba de Aire Libre FM (10,1 km.), el domingo 6 del presente mes, cuando compartió los últimos dos kilómetros junto a los también veteranos B Julio Heredia y Marcelo Guerrero, debiendo ser asistida tras cruzar la meta, Daniela Bayerque -quien cuatro semanas antes tuvo una muy buena actuación en el Maratón de Buenos Aires- se ubicó séptima en la general absoluta, con una marca de 2 horas, 16 minutos y 21 segundos (en 2018 quedó tercera, con 2:11:15 para los 24,3 kilómetros, y un suelo mucho menos invasivo en la subida al Mirador).

La escoltaron Andrea López, con 2:22:04 (fue la anterior vencedora, con 2:06:33), y Silvia Palomo (2:25:29). En el primer paso por la Herradura, la representante de Dehesas, Ambientar Hogar y Punto Norte Sport Team aparecía 8ª en el clasificador absoluto -excluido Ruiz-, con 59:48, contra 1:00:59 de López, y 1:03:35 de Palomo. Es decir que en la segunda mitad la riograndense estiró la diferencia sobre sus escoltas en 4:33 y 5:27, respectivamente. 

Tanto Palomo como la riograndense Angeles Gómez (4ª ayer, con 2:32:25), con dos triunfos ambas, son quienes luchaban por quedarse con la propiedad definitiva de la Copa Challenger, que de esta forma seguirá en juego al menos por una edición más.

 

Premiación

A los 26 participantes se les entregó un trofeo en vidrio, con la imagen del entrerriano Antonio Silio (recordman argentrino de 5.000 y 10.000 metros, maratón, medio maratón), quien corrió la tercera Vuelta, en 2011. Se individualizó cada trofeo, con el nombre y apellido del fondista, y el puesto conseguido en su división de edad.

También se premió a cada ganador de categoría, y a los tres primeros en la general de cada rama.

Una hora y cinco minutos después de ponerse en marcha el 3º Cruce, se dio la salida a la 11ª Vuelta (13,3 km.), con 18 participantes, y las victorias de los debutantes Mario Martínez (Río Grande) y Roxana Coigüin (Ushuaia), por delante de Horacio Areco y Javier Vázquez, y de Eva Rojas y Lina Rolón, respectivamente.

A cada uno de ellos se los distinguió con la medalla de la AAFM (la de la trucha y el derruido puente colgante sobre el río Grande), provisto con el puesto en la general de su rama.

También se entregó –en forma simbólica- la Copa Challenger (la de los varones se estrenaba, tras la cesión definitiva del trofeo concedido un año atrás a César Ruiz, y contenía las chapitas con los anteriores vencedores de la prueba).

Y se premió a los dos participantes más experimentados (excluyendo a quienes ya se había galardonado un año atrás): los ushuaienses Juan Rojas (65 años) y Elena Rivero (49 ños).

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