La idea parece imposible y monumental, pero Juan Pablo Savonitti pretende unir de extremo a extremo todo el continente americano. El objetivo toma mayor dimensión cuando este ultramaratonista explicó que lo hará corriendo. El punto de partida fue la bellísima Ushuaia de la que salió el 1 de enero del 2019, en el extremo más norte del continente la escala final será la blanca Alaska.
Este Ultra Runner pretende unir las tres Américas corriendo hasta Alaska, pero correr no es su principal objetivo, también tiene una causa más que noble: en su extenso periplo promocionará, explicará y enseñará la lengua de señas, creando conciencia y haciendo docencia de esta útil comunicación que no todos conocen.
Ya recorrió 3.200 km y llegará a Mendoza en algunos días, en unos meses más dejará el país. En total recorrerá 14 países por el continente americano hasta llegar a la Bahía de Prudhoe en Alaska. Corre entre 50 y 60 km por día y va totalmente solo, sin apoyo logístico ni un equipo que lo acompañe.
«Salí el 1 de enero desde Ushuaia con la intención de unir las tres Américas corriendo y promoviendo la lengua de señas, lo que suelo hacer es correr entre 50 o 60 kilómetros por día, voy totalmente sólo no tengo apoyo logístico, no tengo un equipo, nada y lo que hago es correr 50 kilómetros para el norte y después hago dedo y vuelvo al pueblo de la ciudad más cercana. Al día siguiente retomo el camino hacia el norte. Esta es la dinámica del viaje», explicó Savonitti.
Correr no será lo único que haga y detalló lo que hará en esta inmensa travesía para promover el lenguaje de señas. «Como voy promoviendo la lengua de seña, contacto a las Secretarías de Deportes de Desarrollo Social y Turismo para tratar de dar charlas en algún centro de convención o escuela sobre inclusión y lengua de señas lo que es la cultura y la comunidad sorda. Ese es el plan. También invito a corredores y ciclistas locales para que se sumen unos kilómetros en la entrada o salida de los pueblos para hacer algo simbólico», detalló.
A medida que arriba a los distintos pueblos y ciudades, Juan Pablo también recauda fondos para donar a la Federación Mundial de Sordos. Lo que lo motivó a realizar tamaña cruzada esta arraigado bien en su familia, ya que sus padres son sordos.»De lo que recaudo destino el 40% a la Federación Mundial de Sordos que lucha por los derechos humanos de los sordos. El tema de las lenguas de señas lo hago porque mis viejos son sordos los dos y eso es lo que me toca en lo personal. Crecí en un ambiente donde hablar con la mano y la lengua de señas era muy normal así que decidí sumarme a esta causa que es personal y subjetivo pero es una linda causa», acotó.
En cuanto al plazo que se ha propuesto para llegar a la meta del extremo norte del continente dijo: «Si va todo bien calculo que en tres años más estaré llegando a Alaska, tengo 37 la idea es llegar antes de los 40. Es un largo viaje, suelo hacer base en pueblos y ciudades y después muchas personas y familias me dan un plato de comida y me ayudan».
Juan Pablo detalló el derrotero que lo llevará al extremo norte. «Hago toda la Ruta 40 hasta la Quiaca y después de ahí paso al desierto de Atacama en Chile, después voy a Arica, Atacama y sigo por Ecuador, Colombia y cruzo a Costa Rica y todo Centroamérica, bien pegado al Pacífico. Pero también voy hacer algunas paradas para conocer el Machu Pichu. De Panamá paso a Cartagena de Indias, sigo por El Salvador, Honduras, Costa Rica, Nicaragua, México, Estados Unidos -mas que nada desde el centro hacia el Pacífico-, Canadá y al final Alaska», sostuvo.
Juan Pablo llegará al Gran Mendoza en unos días y estará compartiendo y explicando su extraordinaria aventura. «El domingo salgo desde Ranquil Norte que es el primer pueblito después de cruzar el río Barranca entre Neuquén y Mendoza. Ahora estoy haciendo base en Malargüe y tengo que llegar más o menos en cuatro día. Calculo llegar a Mendoza capital el 20 de este mes», puntualizó.
Fuente: Diario Uno
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