A comienzos del mes de julio del año 2016, Tierra del Fuego toda quedaba completamente conmocionada al encontrar certezas sobre el paradero de Nilda Nuñez, quien era buscada con intensidad en la ciudad de Tolhuin.
El hallazgo, fue brutal: la joven, que cursaba un embarazo, había sido asesinada y descuartizada. Una pierna fue encontrada debajo de la cama donde dormían sus hijos; el resto de su cuerpo, guardado en una valija arrojada a un descampado.
Los antecedentes permitieron que la Policía esclarezca con celeridad lo que a todas luces se podría haber evitado: la pareja de Nilda, Aldo Nuñez, había sido denunciado en reiteradísimas oportunidades por ejercer violencia contra la joven e incluso había pesado sobre él una prohibición de acercamiento a Nilda.
“No estaba sorprendido, ni asustado, ni acongojado; no expresaba sentimientos», fue la declaración del comisario inspector Carlos Manetti, al ser consultado sobre el momento de la detención del femicida, que sería llevado a juicio un año más tarde.
La primera condena agravada por violencia de género
En el mediodía del 21 de junio de 2017, el Tribunal de Juicio Oral del Distrito Judicial Norte resolvió condenar a la pena de prisión perpetua a Aldo Javier Núñez, por el «homicidio doblemente agravado» de su ex pareja, Nilda Núñez.
De esta manera, los magistrados decidieron hacer lugar a la petición de la Fiscalía y la defensa de la familia de Nilda, que habían solicitado la pena máxima que establece el Código Penal de nuestro país: prisión perpetua.
Por primera vez en la historia de la provincia de Tierra del Fuego, se le cargaba al acusado además el agravamiento de la figura de «violencia de género».
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