Hace 25 días, los trabajadores de la planta de productos químicos Tecnomyl de Río Grande, Tierra del Fuego, acampan a temperaturas de 17 grados bajo cero. Reclaman que la empresa les blanquee la mitad del sueldo, que les quitó de manera arbitraria y piden la reincorporación de doce trabajadores despedidos en medio de la conciliación obligatoria.
Tecnomyl es una empresa que desde hace ocho años se dedica a producir insecticidas, plaguicidas y productos químicos de uso agropecuario. Entre sus clientes figuran desde YPF hasta Monsanto.
La paralización de la empresa, que se concretó hoy, incluso sin dejar que ingresaran trabajadores y jerárquicos de la firma, le valió a los trabajadores una intimación de la Justicia, con notificación de derechos y garantías.
En efecto, habiéndose montado un piquete frente mismo a la entrada de la fábrica, el juez de Instrucción Raúl Sahade -sin poner obstáculos a piquete en sí- les exigió que permitan el ingreso y egreso de directivos y empleados que no adhieren al paro, o de lo contrario los procesaría por desobediencia a la Justicia.
«Nos llevan a caer en ilegalidades con los despidos, los intentos de bajar sueldos y las contrataciones en plena huelga», relató esta tarde Javier Álvarez, quien confirmó que la medida judicial los obligó a levantar las medidas de fuerza.
«Tenemos en claro que estas presentaciones del Juzgado podrían dejar sin representación a los trabajadores», se allanó Álvarez, quien confirmó que cerca de 25 trabajadores fueron notificados por el delito de coartar la libertad de trabajo en la planta.
El tránsito e ingreso a la fábrica quedó habilitado, aunque se mantendrán los piquetes en la puerta, que ya llevan casi un mes.
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