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River es Supercampeón de una Libertadores histórica en el Bernabéu

Gallardo, su técnico, pasa a ser el técnico más laureado de su historia, con dos Libertadores (de cuatro del club).

En una noche de fútbol horrible, el único que propuso, Juanfer Quintero, se llevó el premio de la historia. Con un Boca con 10 casi toda la prórroga (por doble amarilla a Barrios), el colombiano ajustició a Boca para un River que pasará a la historia en esta final atípica. Un golazo a 11 minutos del 120 que le da a River su cuarta Libertadores. Y Gallardo, su técnico, pasa a ser el técnico más laureado de su historia, con dos Libertadores (de cuatro del club). Un gran entrenador.

Quintero, desde que salió en la segunda parte, fue el único con luces para deslumbrar a un Bernabéu que se cayó (la mitad) con su tanto desde fuera del área en el 109 de la prórroga. Ya en el 122, vino el 3-1 de Pity a puerta vacía, demasiado castigo para Boca.

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Final Libertadores 2018: Gol de Benedetto (0-1) en el River-Boca

Fue una noche rara en un partido horrible. Un encuentro de fútbol se compone de dos ingredientes: juego y pasión. Y ninguna de las dos cosas hubo, sobre todo en la primera parte. Me explico: el juego era ramplón, con escasos pases acertados en ambos equipos; la pasión existía, y mucha, pero muy menguada con respecto a lo que se habría visto en Buenos Aires. Así es la vida: el orden trae bienestar, pero resta pasión. El Bernabéu fue más que normalmente pero mucho menos que un feudo ‘argento’.

Ver un River -Boca en Madrid, sin entrar en las razones por las cuales vino a estos lares, es como ver un Real-Atlético en Chicago o un Betis-Sevilla en Bangkok, es decir, se mantiene el cartel, pero la realidad nos llevó en el Bernabéu a un escenario raro y desubicado para un superclásico histórico, pero insípido, al menos para aquellos que hemos visto alguno o muchos en sus estadios originales, Bombonera, sobre todo, o Monumental, donde siempre se debió jugar este.

No hubo grandes sobresaltos en las alineaciones, con ofensivos 4-3-3 en ambos lados, intenciones ofensivas para ser una final de Libertadores. El escenario obligaba, sobre el papel, a mostrar buena cara. Otra cosa fue el juego desarrollado, sobre todo en la primera parte. Había miedo. Un partido feísimo, en fin.

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Final Libertadores 2018: Gol de Pratto (1-1) en el River-Boca

Estar fuera de ubicación y los 30 días que transcurrieron desde la ida, amén de la categoría, correcta, convirtió la noche en un duelo en el que los jugadores parecieron incluso peores. Y no son tan mediocres como parecieron. Y ojo, hay que entender a los ‘players’: final de vuelta, quien perdiera quedará en la historia, en una ciudad y continentes ajenos, con muchísima tensión… No es fácil darle a las piernas. Había que ser Riquelme para jugar bien aquí.

Y en esto… llegó la buena jugada entre Nández (pase) y Benedetto (excelente definición). Justo antes del descanso. Dio emoción a un horrible primer tiempo. Y Pity, el 10 de River, anulado por sistemas defensivos que se aburrieron entre sí.

Segunda parte con tensión, con un penalti no posible pitado a Pratto, con mucha caída, con más intención (lógica) de un hasta ese momento apagado River, pero… nada. Gallardo metió a Juanfer Quintero, que en un contexto tan bélico era Maradona, y Boca, más munición, más pelea, con Wanchope por Benedetto. Y lógico: vino el 1-1. Jugada entre Juanfer, Nacho y Palacios. Bellísima. La mejor del choque.

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Final Libertadores 2018: Gol de Quintero (2-1) en el River-Boca

La grada se caldeaba un poco. Crecía la tensión. La Doce de Boca (o lo que había de ella) seguía alentando. Fue lo mejor del choque. Y eso que, como dijimos, era poco color para un superclásico normal. La segunda parte se digería mejor. Los goles descubrieron cosas, los ‘players’ se destensaron y algo vimos , no mucho, con un buen Quintero -de buen pie sin ser crack-. Lo intentaba River, al menos, que no es poco… con lo poco que se vio.

La tensión se masticaba… sin fútbol. Se jugaba mal… O nada, incluso con Gago en la cancha.

Prórroga… y todo igual… pero con un Boca diezmado por la expulsión de Barrios, jugador correcto sin más. Era la ocasión de River. Le quedaban 27 minutos de la prórroga, y con el exmadridistas Julián Álvarez en juego. River dio más… y llegó el histórico gol del mejor, Juanfer Quintero. Boca murió con el palo de Jara en el 121′ y el 3-1 de Pity en el 122.

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