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Un salteño se cambió de género para jubilarse antes y no trabajar

El hombre simplemente cambió su nombre al femenino y se amparó en la Ley de Identidad de Género para que en su documento figure que es una mujer.

Un hombre de apellido Lazarovich se amparó en la Ley de Identidad de Género y cambió su nombre «Sergio» a «Sergia» para así poder jubilarse antes y no trabajar.

Sergio, o Sergia, se casó y se separó en dos oportunidades, tiene hijos y actualmente de está en pareja con una chica más joven que él. Su apodo es «La llama».

Según aseguran quienes lo conocen, el hombre no se sometió a ninguna cirugía de cambio de sexo, sino que pasó su nombre de masculino a femenino. Así puede alcanzar la jubilación cinco años antes.

 

No le gustaba trabajar

El hecho ocurrió en Salta y según explicó el diario InformateSalta se trata de un hombre que trabaja en el sector administrativo que pasó gran parte de su vida de licencia en licencia para no trabajar y que ahora encontró en la Ley de Identidad de Género una nueva excusa para poder jubilarse antes.

Según desde el Registro Civil, el hombre » hizo todo el trámite allá, su caso es re conocido, llevó bastante tiempo y generó discusiones, hasta que hace poco se lo autorizaron”.

“Inicialmente se lo negaban pero se amparó en la Ley de Identidad de Género. Fue un largo proceso administrativo», explicaron.

Nada puede impedírselo

Si bien la jubilación todavía no la consiguió, el objetivo de Sergio se logrará. El presidente del Consejo Profesional de Ciencias Económicas, Jorge Alberto Paganetii, indicó que Lazarovich presentó una nota con su nueva identidad como Sergia Lazarovich para cambiar su registro de matrícula.

En tanto, el director del Registro Civil de Salta, Matías Assenato, también confirmó el cambio de género del trabajador de la AFIP. Consideró que es “muy difícil de probar” un abuso de derecho en estos casos y que el Registro Civil sólo puede “asegurar” el cumplimiento de la Ley de Identidad de Género, la cual ni siquiera exige intervención quirúrgica o tratamientos hormonales.

«No hay nada que nos impida el tomar este tipo de trámite», informó Assennato a El Tribuno. Además, aclaró que el único panorama que imagina en el que podría haber un reparo o atención en su oficina es si una persona cambia, por ejemplo, cada dos años de género.

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