A sólo minutos del mediodía, los voceros de la Armada Argentina convocaron a conferencia de prensa y confirmaron la peor noticia: hubo una explosión en el submarino ARA San Juan.
La información había sido transmitida también, de forma privada, a los familiares que se encuentran apostados desde hace días en la Base de Mar del Plata, adonde debía anclar el submarino luego de su recorrida por el sur del país.
Entre las decenas de personas allí reunidas, está desde ayer Rafael Enriquez, vecino de nuestra provincia y hermano de uno de los 44 tripulantes del ARA San Juan, el submarinista Víctor Marcelo Enríquez.
Al finalizar la conferencia, Enriquez dialogó con ((La 97)) Radio Fueguina y amplió lo expuesto ante los medios por el vocero Enrique Balbi: «Nos dijeron que están a tres mil metros de profundidad».
Visiblemente emocionado, Enriquez lamentó que estas condiciones desfavorables no le permitan poder recuperar al menos el cuerpo de su hermano: «No lo voy a tener en el cajón; sólo lo voy a poder ver por fotos».
Al igual que las decenas de familiares congregados en la Base de Mar del Plata, Enriquez pidió que «alguien dé la cara» y sostuvo que es necesario «terminar de atar con alambre las cosas».
Es que en las últimas horas los propios hermanos y parejas de las víctimas comenzaron a relatar diversas dificultades que en el pasado habían tenido los tripulantes a bordo del submarino ARA San Juan: una esposa llegó a relatar que en una oportunidad todos los marinos se despidieron aguardando la muerte, ya que no funcionaban los propulsores; afortunadamente, terminaron saliendo a flote.
«¿Ahora quién va a querer ser infante de Marina y ser parte con todo esto que pasó?», se preguntó Enriquez, quien también fue miembro de la Armada de la República Argentina.
El audio de Rafael Enriquez
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