Hoy se cumplen seis días desde el último contacto con el submarino argentino ARA «San Juan» que desapareció en su viaje de regreso al Mar del Plata. Dentro del sumergible se encuentran 44 tripulantes, entre ellos la primera oficial submarinista de Sudamérica, Eliana Krawczyk.
El protocolo dicta que en tiempos de paz la tripulación debía comunicarse con la base dos veces al día. Por eso, tras un día sin obtener noticias, la búsqueda contrarreloj ha iniciado el jueves liderada por la Armada Argentina.
El presidente, Mauricio Macri, afirmó este sábado en Twitter que su Gobierno está comprometido a utilizar «todos los recursos nacionales e internacionales» para encontrar el submarino, uno de los tres con los que cuenta el país sudamericano. Salvar la vida de los 44 tripulantes se ha convertido en una causa internacional. Al Atlántico Sur han llegado numerosos barcos y aviones provenientes de países como Chile, Brasil, Estados Unidos, Reino Unido, Uruguay y Perú para asistir en el rastreo.
Sin embargo, los rescatadores se enfrentan a un área de búsqueda de 480.000 kilómetros cuadrados, casi el tamaño de España, y a unas violentas condiciones meteorológicas: «Tanto los aeronaves como los buques han soportado condiciones meteorológicos de extrema dureza, con vientos de hasta 80 kilómetros por hora, precipitaciones de distinta intensidad y olas de hasta siete metros de altura», indicó la Armada en un comunicado.
El tiempo apremia para evitar una tragedia. «En condiciones normales, el submarino puede pasar 90 días sin ayuda externa, en cuanto a combustible, agua, aceite y oxígeno. Esto es, haciendo snorkel para renovar el aire y cargar las baterías. Esto se hace una vez por día, o cada dos o hasta tres días. Estas son las condiciones normales» declaró el portavoz de la Armada, Enrique Balbi. Sin embargo, si el submarino no logra subir a la superficie a renovar aire, los tripulantes cuentan con siete días de oxígeno. Y hoy se cumplen seis desde su desaparición.
En este momento la armada estadounidense ultima un plan de rescate en el puerto de Comodoro Rivadavia. El equipo fue trasladado desde Hawái en uno de los aviones militares más grandes del mundo, el C-5. La flota contará con cuatro sumergibles no tripulados para acelerar la búsqueda. «Tenemos la mejor tecnología» declaró el capitán de la operación, Michael Eberlein, a El Clarín.
El plan de rescate recuerda al de los mineros chilenos atrapados en 2010. Consiste en localizar el submarino desaparecido, y entonces bajar un «minisubmarino» de rescate presurizado. Esta nave se conectaría con el ARA «San Juan» para poder evacuar, de seis en seis, los 44 tripulantes.
Los familiares de los desaparecidos se han reunido en la base de Mar del Plata, donde reciben asistencia psicológica. Durante las seis jornadas de crisis que han pasado, las falsas alarmas de contacto han conmocionado a todos. El sábado la Armada Argentina anunció que había detectado 7 llamadas de emergencia procedentes del submarino. Sin embargo, luego ha comunicado que la información era errónea. También asomó la esperanza este lunes, tras detectarse una serie de ruidos a 200 metros de profundidad que luego se descartarían como de origen biológico.
Sin pistas del paradero del ARA «San Juan», tampoco son conocidas las causas de su desaparición. El portavoz de la Armada Argentina ha reconocido que el submarino reportó un cortocircuito en sus baterías. Ante esto, se ordenó al submarino regresar a la base. Fue en esta ruta desde Ushuaia a Mar del Plata donde se produjo la desaparición. No obstante, Balbi aseguró que «no hay que establecer que esa avería tiene que ver con el desperfecto de este momento».
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