Esta mañana, la Sala de Comisiones del Concejo Deliberante fue sede de una nueva reunión para analizar el proyecto de «tolerancia cero» de alcohol al volante, que impulsa el Municipio de Río Grande.
Para que las partes entiendan la realidad respecto al consumo de alcohol por parte de los conductores locales, el Juzgado de Faltas aportó datos respecto a la cantidad de multas por alcoholemias positivas que labra la Dirección de Inspección General.
Sólo en lo que va del año 2017, ya fueron detenidos 320 conductores por manejar en estado de ebriedad o superar el límite actual de alcohol en sangre que permite la normativa; 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre.
Asimismo, desde el Juzgado de Faltas resaltaron que el grueso de estos casos termina con una condena sobre el conductor. A modo de ejemplo, también aportaron los datos del año pasado: de 401 multas por alcoholemias positivas, 343 terminaron en condena.
«El que bebe no debe conducir»
SI bien todos los representantes que participaron de la reunión se mostraron encolumnados detrás del «espíritu» de la normativa que promueve el no consumo de alcohol al volante, también se plantearon dudas respectoa su aplicación.
Tal fue el caso de Paola Mangialavori, secretaria del Juzgado de Faltas Municipal, quien indicó que «aún cosas que quedan por verse», y citó a modo de ejemplo: «Hay dudas con el consumo de enjuague bucal que contiene alcohol o el consumo de bombones con licor».
La preocupación es compartida por el propio Municipio, que a pesar de impulsar la normativa quiere dejar en claro estos posibles grises legales.
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