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«Si quieren sacarle fotos a los pájaros vayan a Chile», dijeron desde la cantera Santa Rita

Mabel Carrillo disparó munición gruesa al referirse a las críticas de la Municipalidad y ambientalistas sobre el daño que genera la explotación de áridos en la costa. Sostuvo que las aves migratorias dejaron de venir a Río Grande porque «ya no hace frío».

La titular de la cantera Santa Rita defendió con uñas y dientes la explotación que ella y sus colegas hacen de los recursos naturales de las costas de Río Grande, luego de que volviera a ponerse sobre la mesa la discusión respecto a las consecuencias que tiene la remoción indiscriminada de áridos de la Reserva Costa Atlántica.

Incluso, Mabel Carrillo llegó a asegurar que las modificaciones en la línea costera de la ciudad no tienen que ver con la explotación de las canteras, tal y como señalan todos los expertos que han sido consultados por este medio.

Para argumentar sus dichos, la titular de una de las canteras más importantes de Río Grande señaló que sus actividades están controladas por el Gobierno de la provincia y que, en caso de incurrir en faltas, estas serían señaladas por personal de Recursos Naturales.

«Vayan a Chile»

Pero Carillo fue más lejos e invitó a los amantes de las aves a buscar domicilio en Chile si pretenden seguir el camino de las famosas aves migratorias.

«Los pajaritos no vienen a la costa nuestra porque ellos buscan frío, y como acá ya no hace frío se van a Chile; si quieren sacar fotos vayan a Chile», disparó la canterista, desconociendo a las autoridades en la materia, como Luis Benegas, que han señalado las dificultades que tienen hoy las aves para llegar a estos parajes por las modificaciones del paisaje.

La discusión que se viene

La postura de la titular de la cantera Santa Rita también es defendida por el resto de sus colegas, quienes prometen dar pelea a la intención de la Municipalidad y ambientalistas de dejar sin efecto el nuevo proyecto presentado por el Gobierno para extender la línea de explotación de la costa.

Por si fuera poco, también tienen una carta bajo el brazo: la amenaza de que si finalmente son obligados a dejar de remover áridos de la Reserva Costa Atlántica los costos de los materiales de construcción se multiplicarán.

 

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