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La despedida a otro comercio histórico: demolieron el viejo quiosco Don Pepe

Los hierros de la estructura se llevan consigo miles de historias, mientras una pared grita «gracias por todo». Los vecinos deberán acostumbrarse a no hacer su tradicional parada la esquina de Rosales y 9 de Julio.

Se sabía desde hace tiempo. Fue informado por las redes sociales y a través de diversos carteles, que se colocaron en la fachada para alertar a sus tradicionales clientes. La noticia no es nueva, pero la imagen sí.

Quizás sólo es posible entender el cierre del histórico kiosco Don Pepe cuando se aprecia a este grupo de trabajadores cargando carretillas con escombros; cuando se ve cómo se desmantela la estructura del comercio.

Por si hiciera falta, un escrito en la pared da las «gracias» por todos los años de atención y compañía: por la Coca después del partido, por el helado para después del asado, por los cigarrillos, por el lomito después del boliche.

Se va otro histórico

Como ocurrió con el kiosco Fénix, los vecinos deberán acostumbrarse a no contar con este kiosco las 24 horas, que funcionó por decenas de años en la esquina de Rosales y 9 de Julio.

Mientras el resto de los comercios a su alrededor cerraban, Don Pepe se mantuvo firme en una de las intersecciones más transitadas de la ciudad, apostando a la renovación y al cambio.

El kiosco se transformó en almacén y no dudó a la hora de incluir comida rápida. En tiempos de revolución informática, apostó a la instalación de un «cyber», con el Internet más rápido que se podía conseguir en la ciudad.

Con llegada de la regalería, Don Pepe se llenó de peluches y juguetes, que miraban de reojo los cientos de estrenos del videoclub.

La librería llegaría después y sería difícil encontrar vecinos que no hayan necesitado, a primera hora de la mañana, o a última de la noche, esa fotocopia para que su hijo no desaprobara.

«Gracias x todo»

Las historias, personales, quedarán. Los hierros, las estructuras que montaban el comercio, desaparecieron con velocidad, en apenas unas horas. Lo que aún se  desconoce es si se mantendrá ese grito en la pared, ese saludo que sintetiza lo que muchos quieren expresar hoy, al ver la desaparición de este histórico kiosco: «Gracias x todo Don Pepe».

 

 

 

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