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El día que el país conoció al “comisario WhatsApp”

A través de la agencia Télam, en 2015, la opinión  pública nacional se informó sobre una eficaz forma de prevenir y combatir el delito, haciendo uso de las nuevas tecnologías. El pionero, un ignoto policía en el fin del mundo.

Las nuevas tecnologías, se sabe, ofrecen infinitas posibilidades de mejorar la calidad de vida, tanto como ayudan al delito.

En materia de avances mediante el uso de las redes sociales, los progresos llegan de la mano de individuos y humildes emprendedores, mucho antes que la pesada burocracia estatal pueda desarrollar siquiera la idea.

En la Argentina, poco a poco, las fuerzas de seguridad van adoptando la comunicación por redes sociales para combatir la inseguridad. Pero la historia dirá que el pionero en la materia fue un simple oficial de policía, destacado en un problemático barrio en el fin del mundo, en la “lejana” (para los grandes centros urbanos, al menos) ciudad de Río Grande, al sur del sur.

Mirado de reojo por funcionarios policiales y judiciales, mimado por los medios locales y valorado por los agradecidos vecinos, la historia profesional de Marcelo Guerrero, el “comisario WhatsApp” llegó el 6 de julio de 2015 a la agencia nacional de noticias Télam y desde ella a innumerables medios nacionales y de las provincias.

Desde entonces, Chacra XII, Chacra XI y una extensa lista de barrios colindantes se unieron en torno a su comisaría para lograr lo que poco antes parecía utópico, que el delito en la Seccional Quinta golpee mucho menos que en los barrios más cercanos al centro y a la mirada de los funcionarios.

La calcomanía pegada en la puerta de cada casa con la leyenda “vivienda cuidada por WhatsApp” dejaba saber que las buenas ideas y la organización pueden paliar efizcamente la falta de equipamiento, de personal y hasta la incapacidad de los funcionarios.

Pero la popularidad del comisario Guerrero iba de la mano de la desconfianza de sus superiores que saben que la verticalidad es sagrada entre los uniformados del signo o sector que fuere.

Desde los tiempos en que el entonces secretario de Seguridad Daniel Facio lo toleró y apoyó (con una mezcla de resignación y prudencia) hasta la situación actual, la trayectoria de Guerrero fue un permanente caminar en la cornisa.

Finalmente, perdió el equilibrio. Sólo el accionar de sus propios vecinos puede llegar a cambiar una historia que parece sentenciada.

Quizás algún día alguien dirá si fue por errores propios o el implacable ejercicio del poder que no tolera a los díscolos, por más buena imagen que tengan.

 

 

La nota de Télam que se difundió por todo el país:

 

El «comisario whatsapp» que frenó la delincuencia usando las tecnologías de la comunicación

Un comisario de la policía fueguina logró bajar los índices de inseguridad en una de las franjas más pobladas de Río Grande valiéndose de redes sociales y el programa de mensajería instantánea, modalidad a la que atribuye que llevan más de tres meses completos sin delitos.

Marcelo Guerrero, de 40 años y al frente de la comisaría 5, con jurisdicción en seis barrios de la ciudad, asegura que con esta forma de trabajo esa zona lleva más de 100 días sin que se produzcan hechos delictivos contra bienes ni personas, incluyendo robos y hurtos.

«Al principio la idea de la comunicación les sonaba rara, pero después tomaron la iniciativa y los grupos virtuales fueron creciendo y diversificándose»”

«El Comisario WhatsApp», como lo apodaron medios locales, tiene a su cargo la seguridad de los barrios Chacra XI, Chacra XIII, Aeropuerto, San Martín, Vapor Amadeo y Los Cisnes, donde viven unas 20.000 personas, casi un cuarto de la población de la ciudad.

«Nos hicimos cargo de la comisaría a mediados de enero. El 8 de marzo nos reunimos con los vecinos y recibimos todas las demandas vinculadas con una mayor presencia policial en la zona. Ahí mismo les planteamos la idea de comenzar a utilizar Facebook y WhatsApp. Y el 14 de marzo ya entraron en funcionamiento los primeros grupos», explicó el policía en diálogo con Télam.

Los vecinos se quejaban de todo tipo de delitos, en especial por los frecuentes hechos vandálicos cometidos por menores, y algunos episodios graves que todavía se recuerdan, como el doble homicidio de una pareja de ancianos perpetrado en 2011.

Les sonaba rara

«Al principio la idea de la comunicación les sonaba rara, pero después tomaron la iniciativa y los grupos virtuales fueron creciendo y diversificándose. El resultado fue que no sólo disminuyeron los delitos, sino también los problemas de convivencia entre vecinos, como la música alta o la ingesta abusiva de alcohol», evaluó Guerrero.

La comisaría 5 maneja actualmente seis grupos de mensajería instantánea referidos a seguridad, uno por cada barrio y de cien personas cada uno, aunque el número creciente de participantes los obligará pronto a sectorizar cada zona y crear nuevos grupos.

«La idea prendió tanto que tuvimos que dividir los grupos de seguridad con los de información, porque la gente necesitaba comunicar noticias y usaba el foro para múltiples propósitos», contó el uniformado. Y también hay un grupo abierto de Facebook donde se reciben denuncias y la policía carga novedades sobre sucesos de interés.

Guerrero detalló que los vecinos postean desde fotos con autos mal estacionados hasta personas en actitud sospechosa o situaciones extrañas que merezcan ser investigadas», y crearon además un grupo cerrado de Facebook por cada barrio donde comparten información específica, muchas veces ajena a la seguridad, como el estado de los servicios, cortes de luz o calles en mal estado.

«El administrador de cada grupo de WhatsApp soy yo. Para ingresar pedimos la fotocopia del documento con el domicilio actualizado. Con ello verificamos que la persona no tenga antecedentes y resida en el barrio», precisó el policía.

Pero como la idea es evitar la burocracia, «la gente ni siquiera tiene que venir a la comisaría: con el mismo celular sacan una foto al documento y la mandan al grupo, hay un efectivo de guardia que recibe todas las comunicaciones. Y yo desde mi propio celular controlo las respuestas que se dan en cada caso», agregó.

Alternativas

Guerrero sostiene que una vez iniciado el vínculo con los vecinos, las alternativas se van multiplicando hasta abarcar aspectos más profundos.

Un ejemplo es el grupo de WhatsApp «Todos por Chacra XIII», al que se incorporaron legisladores, concejales y funcionarios del municipio y la provincia y donde debaten problemáticas afines, entre ellas las maneras de articular el trabajo de las instituciones ligadas a la seguridad, como las comisarías de familias y los juzgados, o el rol de las iglesias y las asociaciones sin fines de lucro.

La Jefatura de Policía de Tierra del Fuego está «analizando» el caso de Río Grande y, según fuentes gubernamentales, podría implementarlo también en otras jurisdicciones.

«La clave es la intervención de los propios vecinos, ellos se convirtieron en sus propios cuidadores; WhatsApp permite el ida y vuelta: nos piden que verifiquemos un auto sospechoso y lo hacemos. Subimos la foto al grupo y la gente contesta con emoticones de aplausos o aprobación. Todo en pocos minutos», aseguró Guerrero, el comisario al que también llaman «2.0».

«La gente está pegando calcomanías en las puertas de sus casas con la inscripción «Vivienda cuidada por WhatsApp». Cuando me enteré de eso dije: ésto está funcionando», dijo el comisario fueguino.

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