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En el Paulo Freire no tienen dónde sentarse, pero comenzaron las clases igual

El Instituto comenzó su ciclo lectivo sin mobiliario. Desde el establecimiento denuncian la desidia del Gobierno y piden que se «garantice el normal dictado de clases».

La imagen habla por sí sola: decenas de estudiantes asisten con atención a lo que dicta una profesora. Hasta ahí todo normal e incluso loable, teniendo en cuenta que el grueso de los establecimientos educativos no comenzaron en tiempo y forma su ciclo lectivo. Pero la modalidad hace ruido. Están todos sentados «como indio», casi como en el Jardín de Infantes.

Y no se trata de una clase experimental, ni mucho menos. Los alumnos del Instituto Provincial de Educación Superior Paulo Freire no tienen dónde sentarse. Tampoco dónde escribir. Es que, según denuncian los docentes del establecimiento, el Gobierno de la provincia de Tierra del Fuego no prestó el mobiliario necesario para el normal dictado de clases.

Sí hay una mesa, o algo parecido. Es una pizarra donada por una estudiante, que sobre 4 taburetes hace las veces de mesa.

«Exortamos al Ministerio de Educación a que lo antes posible garantice las clases en el Paulo Freire», dice Paula, una docente, quien a su vez aclara que el dictado de las mismas será normal y no se verá afectado por esta situación. Para ello, solicitan a los alumnos que asistan a clases con almohadones para soportar las tediosas horas sentados sobre el suelo.

 

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