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¿Pepe Scioli quiso ser ministro en Tierra del Fuego?

El curioso personaje, hermano del ex candidato presidencial, salió a enfrentarse con la gobernadora de Tierra del Fuego con la misma vehemencia con que antes la apoyó durante la campaña electoral de 2015. ¿Qué pasó en el medio?

Tierra del Fuego, territorio de promesas y sueños cumplidos, suele ser también terreno fértil para que algunos políticos y amigos del poder vengan de lejanas tierras a hacer pingües negocios, acreditados por su chapa de “referentes nacionales” de uno u otro sector.

Ese parece ser el caso del inefable “pepe” Scioli, quien, abrigado por el saco grueso de su apellido, supo incursionar repetidas veces por Tierra del Fuego, presentado cada vez por referentes distintos de la política local, que habrán confiado  en su supuesta astucia política y en los conocimientos que debería haber heredado de su hermano, perdidoso excandidato presidencial.

En sus últimas visitas, el caracterizado visitante supo apoyar con entusiasta vehemencia la candidatura de quien resultaría finalmente elegida en junio de 2015 gobernadora de la Provincia.

Exultante, “pepe” Scioli festejó como un fueguino más y se abrazó al triunfo ajeno con tal firmeza que nadie pudo imaginar que poco tiempo después saldría a “pedir perdón a los fueguinos” por haberles “recomendado” a Rosana Bertone para gobernadora.

Decidido, lacrimógeno y tiernamente arrepentido, el hombre nos convenció (o casi) de que su dolida contrición no era más que una cuestión de ideas políticas y de rechazo a las medidas tomadas por Bertone que no serían compatibles con su forma de pensar.

La aludida, sin embargo, brindó pistas cuasi codificadas pero claras de cuál sería el verdadero trasfondo del giro copernicano del ya no tan ilustre visitante.

“No puedo poner de ministro a alguien que no reúne los requisitos exigidos por la Constitución Provincial”. Palabras más, palabras menos, ésa es la clara interpretación que surge de la defensa que Bertone hizo al respecto, en diálogo exclusivo con Radio Fueguina.

Expresiones como “aportes” (los Scioli tienen una fundación que seguramente necesita de ellos), “pedidos”, “no tiene domicilio en Tierra del Fuego”, o “no estoy dispuesta a ser una corrupta del montón”, deslizadas durante la entrevista, parecen suficientes para imaginar situaciones que se alejan demasiado de las convicciones políticas de “el pepe”, tanto al apoyar como al oponer.

¿Qué pidió Scioli a cambio de su militancia y con qué negativas se chocó después, para que saliera a ”pedir perdón” tan descortésmente?

Bertone no lo dirá públicamente, pero dejó demasiadas pistas como para que nos permitamos todos seguir siendo ingenuos.

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