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Para repudiar: Los aprovechados de siempre

En circunstancias desfavorables, siempre hay gente dispuesta a ayudar y actuar solidariamente. Y también están los rufianes, los perversos que convierten la desgracia ajena en negocio propio.

Toda circunstancia no deseada, toda crisis, sirven para revelar los verdaderos valores de las personas. Frente a la adversidad siempre se encuentran los que están dispuestos a ayudar, a colaborar, a dejar todo para demostrar su espíritu solidario. Pero también, por desgracia, se hacen presentes los otros, los inescrupulosos, los que alimentados por un afán insaciable de lucro hacen de la desgracia ajena el elemento fértil para su negocio, por infame que sea.

La caída del túnel frente al cerro Krund (un hecho que seguramente no va a tener de las autoridades el trabajo investigativo que amerita) generó un cúmulo de inconvenientes para muchas personas. En particular aquellos que vieron abortada su jornada de esparcimiento en el oneroso centro invernal de esquí, pero también aquéllos que debían transitar la ruta 3 desde y hacia Ushuaia y el corte de la ruta les impidió el paso.

Para algunos no pasó de un inconveniente y, desprovistos de apuro por continuar su camino, decidieron buscar una alternativa o simplemente volver sobre su recorrido.

Pero había otros que tenían verdadera urgencia por seguir adelante, tal el caso puntual de los vecinos de Río Grande y Tolhuin que debían tomar su vuelo en el aeropuerto Malvinas Argentinas y por ello el inconveniente se convertía para ellos en un real problema.

Estos últimos resultaron ser las víctimas naturales de infames propietarios de combis de Ushuaia que encontraron la oportunidad para consumar un negocio tan redituable como perverso, sacando provecho de la desesperación ajena.

Según las denuncias que las víctimas pudieron hacer llegar a Radio Fueguina los inescrupulosos dispusieron sus vehículos a pocos metros del túnel colapsado y desde allí, impunemente, ofrecían traslados hasta Ushuaia por la nada módica suma de 700 pesos que, en algunos casos llegaron a superar los mil pesos, según las denuncias.

Los que pudieron se negaron a pagar la infartante cifra. Otros tuvieron que priorizar su urgencia y someterse al desfalco. Pasaban a pie por entre los restos del túnel derrumbado y pagaban lo que se les exigía con tal de no perder su vuelo.

En medio de la emergencia, la exacción, el desfalco.

Algunos dicen que las combis habían sido puestas allí por propietarios de transportes vinculados al Municipio de Ushuaia, con el permiso de un funcionario de primera línea. Otros hacían mención a transportes privados que hicieron propicia la oportunidad para dar rienda suelta a sus apetitos rufianescos.

Lo cierto es que en la emergencia el Municipio no apareció y nadie hizo nada por los viajeros varados, excepto estafarlos.

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