«Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean los devoran los de afuera», lanzó el papa Francisco en medio de su histórico discurso en la Asamblea General de Naciones Unidas, lo que generó una enorme ovación.
Ante los principales líderes del mundo, Jorge Bergoglio se refirió a la necesidad de que los organismos financieros «ayuden» a las naciones en desarrollo. «Lejos de promover el progreso someten a las naciones a un sistema de mayor pobreza y dependencia», denunció el Sumo Pontífice.
Por otra parte, el Papa reclamó una distrubución democrática entre todos los países del poder que tiene la ONU. «Todos los países deben tener una participación y una incidencia real en la institución», agregó Francisco, en referencia al Consejo de Seguridad.
Esto permitirá evitar todo tipo de abuso con los países en desarrollo. Los organismos no deben tener una misión asfixiante hacia ellos», sentenció.
Otro de los aplausos que generó el Papa fue tras destacar: «La limitación del poder es una idea implícita en el concepto de derecho. Dar a cada uno los suyo significa que ningún grupo humano se puede considerar autorizado a pasar por encima de las otras personas singulares o sus instituciones sociales».
«Hay que consolidar la protección del ambiente, acabando con la exclusión. Ante todo hay que afirmar que existe un verdadero derecho de la vida. Primero porque los seres humanos vivimos en comunión con el ambiente. El hombre aún cuando está dotado de capacidades inéditas es una porción de ese ambiente», agregó.
El acuerdo que firmaron las potencias con Irán recientemente también fue aludido por Francisco. «Las armas de destrucción masiva son un fraude a las Naciones Unidas, que pasarían a ser naciones unidas en la desconfianza. Hay que avanzar hacia una total destrucción de estos elementos», dijo el Papa.
«El reciente acuerdo en una región sensible de Asia es una prueba de la voluntad política ejercida con sinceridad. Hago acuerdo para que este acuerdo sea duradero y eficaz», dijo en referencia al acuerdo entre lrán y los países occidentales.
La bienvenida
El papa Francisco dio las gracias a los empleados de las Naciones Unidas por un trabajo que dijo hace «posible muchas de las iniciativas diplomáticas, culturales, económicas y políticas» del organismo mundial.
Hablando ante casi 400 empleados en el vestíbulo de la sede de la ONU en Nueva York, el papa elogió las contribuciones de cada uno, desde los funcionarios hasta los cocineros, desde los empleados de campo hasta los trabajadores de mantenimiento.
Animó a todos a «estar cerca uno del otro, a respetarse unos a otros» y encarnar los ideales de la ONU, de una familia humana unida trabajando por la paz y en paz.
Su visita es la quinta de un papa a Naciones Unidas y forma parte de su gira por tres ciudades de Estados Unidos.
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, dio la bienvenida al papa Francisco a las Naciones Unidas, diciendo que muchas personas se inspiran en su «humildad y humanidad».
Citó sus llamados a la acción global por la justicia social, la calidad de vida, la dignidad para todos y la lucha contra el cambio climático.
El papa Francisco firmó el libro de visitantes de las Naciones Unidas luego de llegar a la sede del organismo mundial.
El pontífice tomó una tarjeta blanca de un bolsillo y copió un largo mensaje en el libro grueso en la sala de conferencias del secretario general Ban Ki-moon.
El secretario general también le mostró al pontífice una imagen de Norman Rockwell en la pared. La imagen se llama «La regla de oro» y tiene las palabras: «Compórtate con los demás como te gustaría que se comportaran contigo».
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