Margarita Stolbizer, Sergio Massa y Mauricio Macri dejaron ayer una postal inédita en lo que va del año electoral al hacer de lado sus diferencias y mostrarse juntos en una conferencia de prensa para exigir garantías para las elecciones presidenciales, tras las irregularidades detectadas el domingo en Tucumán. La foto de los principales candidatos a presidente de la oposición supuso alguna inquietud para el oficialismo, que confía en que la dispersión que tiene enfrente le juegue a favor en su objetivo de mantener el poder en la primera vuelta.
Daniel Scioli, el elegido del FpV para suceder a Cristina Kirchner, no sólo no reconoció inquietud alguna por la sintonía que mostraron sus rivales, sino que minimizó el encuentro. «No, al contrario, nos da más fuerza que nunca», respondió Scioli ante una consulta de la agencia DyN sobre si le preocupó la conferencia conjunta.
El gobernador volvió a pedir a la oposición que «reconozca el resultado» a favor del candidato oficialista a la Gobernación tucumana, Juan Manzur, y alertó de que «más allá de lo que digan, de lo que hagan, de las provocaciones, concentraremos nuestra atención en la agenda» del futuro del país.
Los dirigentes de la oposición llamaron ayer a terminar con «el feudalismo y los procesos predemocráticos» en la Argentina y plantearon la necesidad de reformar el sistema electoral, al que juzgaron «agotado».
Scioli acusó a la oposición de «desviar el eje y querer imponer otra agenda ante la impotencia de haber creado propuestas superadoras» sobre los grandes temas del país.
«Yo no me voy a apartar un milímetro, provoquen lo que provoquen, digan lo que digan, de lo que me ha traído hasta aquí, que es la enorme responsabilidad» de continuar el proyecto «del espacio político que tiene más capacidad para mostrarles a los trabajadores, a nuestra clase media, a los más humildes, su compromiso con ellos», afirmó.
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