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Furia bonaerense: De Narváez noqueó a un periodista y después pidió disculpas

El director de una agencia de noticias sciolista había publicado una nota que el candidato a gobernador consideró ofensiva, se fue a la redacción y lo castigó duramente.

El precandidato a gobernador bonaerense por el Frente Renovador Francisco De Narváez admitió que cometió «un grave error» al agredir a un periodista y pidió «disculpas» públicamente.

«No es así como se deben resolver las cosas», reconoció De Narváez a través de una red social y en declaraciones a una radio porteña, después de haber hecho justicia por mano propia contra el periodista.

El diputado nacional sostuvo que reaccionó con una agresión «frente a una extorsión» dirigida hacia su familia que, según dijo, «viene desde hace años».

El jueves, De Narváez agredió al director de la agencia “Nova” (de marcada tendencia oficialista), enojado por una nota que publicó la agencia, vinculada a su esposa Agustina Ayllon.

El agredido es Mario Casalongue, quien, después de recuperarse de la tremenda golpiza, efectuó la denuncia policial contra el candidato.

Según denunció Casalongue, De Narváez se dirigió hacia las oficinas de Nova y lo golpeó, molesto por una publicación sensible que fue retirada del portal por exigencia del propio De Narváez, quien irrumpió en la redacción violentamente, acompañado de un custodio, según los testigos.

Acompañado por un patovica, De Nárvaez ingresó en el despacho del director de ese medio, Mario Casalongue, y cuando éste le tendió la mano para saludarlo, sin avisar le pegó una piña en la boca que lo dejó inconsciente. Con el periodista desmayado en el piso, el empresario y dueño de medios le siguió pegando, siempre custodiado por su guardaespaldas.

En la redacción sólo estaban Casalongue y tres redactoras que empezaron a pedir ayuda a los gritos. Sacado, De Narváez les ordenó que borraran automáticamente la nota publicada. Asustada, una de las chicas lo hizo, mientras el patovica impedía que nadie saliera de la redacción.

Mientras tanto Casalongue seguía inconsciente en el piso, perdiendo profusa sangre por la boca. Impune, el patovica le hizo varias fotos con su celular al periodista que seguía tirado en el piso. Luego de eso, se retiraron, mientras De Narváez insultaba a los gritos y advertía que «no se metan» con él.

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