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“Wolfenstein” y la vieja escuela

The Old Blood, el nuevo juego de Bethesda inspirado en Wolfenstein es un nexo entre la vieja escuela y el revolucionario The New Order del año pasado.

Hace un año, Bethesda y Machine Games lazaron Wonlfenstein: The New Order, una nueva versión del clásico de los juegos de disparos en primera persona para PC, PlayStation 3, PlayStation 4, Xbox 360 y Xbox One que, además de revitalizar el género, llevó a la antigua franquicia de vuelta a la cima de la industria.

Luego del arrollador éxito de New Order, MachineGames volvió a Wolfenstein para lanzar The Old Blood, una expansión independiente el juego de 2014 que funciona a modo de precuela, como un capítulo introductorio a los eventos sucedido en New Order, y que en cierta forma rinde un fuerte homenaje al excelente Return to Castle Wolfenstein de 2001.

Wolfenstein: The Old Blood, a pesar de funcionar como una expansión, puede ser comprado por separado, por lo que no necesitaremos tener el juego original para poder disfrutarlo, lo que representa una buena movida por parte de Bethesda para captar seguidores con un título descargable de menor valor, el cual funciona como entremés para el plato fuerte que es The New Order.

Sin embargo, y a pesar de ser una entrega menos ambiciosa, The Old Blood tiene suficientes méritos para funcionar como un juego en sí mismo, ya que incluye una historia totalmente independiente, dividida en dos partes muy marcadas, así como también un carismático elenco de protagonistas, enemigos y personajes secundarios; además de una serie de locaciones muy interesantes y atractivas.

El protagonista de la historia es el eterno soldado norteamericano B.J. Blazkowicz, y en la primera parte deberemos infiltrarnos al Castillo Wolfenstein para recuperar una serie de documentos muy importantes para los aliados y la resistencia. Entre los salones, mazmorras, muelles y habitaciones ocultas del castillo enfrentaremos a numerosos enemigos comandados por un despiadado torturador Nazi. Una vez hayamos escapado del temible lugar, nos trasladaremos a una aldea cercana para investigar un sitio arqueológico comandado por una aristócrata obsesionada por el ocultismo, donde se desatará el infierno y enfrentaremos enemigos aterradores.

Más allá de la historia, que dura cerca de 11 horas y se queda un poco corta frente al brillante despliegue de New Order, la jugabilidad es uno de los puntos más fuertes del juego, ya que es heredero directo del engine, armamento y modalidad de su predecesor. El juego puede ser encarado de dos maneras: utilizando las sombras, el sigilo y ejecuciones silenciosas, o entrando pateando puertas disparando a diestra y siniestra, y ambas modalidades son igual de gratificantes y divertidas. Sin embargo, en esta ocasión, los escenarios son un poco más cerrados y lineales, lo que hace muy difícil poder supera todo el juego utilizando el sigilo, lo que es una pena. Casi siempre podremos depender de las sombras y los ataques sorpresa hasta un cierto punto, sonde indefectiblemente nos detectarán y deberemos emplear la fuerza bruta para terminar con nuestros enemigos.

Afortunadamente, cuando las cosas salen mal, contamos con un arsenal de lo más variado, versátil y entretenido para enfrentar a nuestros enemigos. Cuchillos, caños, ametralladoras, pistolas con silenciador, escopetas, rifles de franco tirador y hasta una pistola que lanza granadas estarán a nuestra disposición, listas para acompañar cualquier estilo de juego. Además, la mayoría de las armas pueden ser disparadas, literalmente, a dos manos, lo que nos permite desatar un poder de fuego devastador.

Las secuencias del juego están bien coreografiadas y la acción se mantiene fuerte para mantenernos entretenidos durante toda la aventura, pero lamentablemente la menor escala del juego atenta contra la variedad, lo que en algunos momentos le juega en contra.

Conclusión

Es inevitable comprar esta precuela con su hermano mayor, y aunque The Old Blood tiene méritos para brillar con luz propia, The New Order lo supera en casi todos los aspectos (acción, elenco, historia, diseño de niveles, etcétera). En cierto punto, y como su nombre lo indica, The Old Blood está muy arraigado a los Wolfenstein del pasado, y esa herencia se nota a lo largo de toda la aventura. El juego es como un puente, un punto intermedio entre lo viejo y lo nuevo, y esos grilletes que lo atan al pasado lo privan de liberarse de sus ataduras y alcanzar la verdadera grandeza, ese sitial de honor que MachineGames sí alcanzó con The New Order. Sin embargo, si tenemos en cuenta que The Old Blood es una simple expansión, podemos perdonarle sus pecados y recomendarlo como lo que es, una puerta de entrada al apasionante mundo de Wolfenstein y a su nueva orden.

El juego está disponible para Xbox One, PlayStation 4 y PC y tiene un valor de u$s 20 dólares.

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