Funchu Tamang fue rescatado el sábado con heridas leves y trasladado en helicóptero al hospital del distrito.
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Milagroso rescate en Nepal

La policía de Nepal rescató con vida a un hombre de 101 años de edad, que estuvo una semana bajo los escombros de su casa.

Los equipos de salvamento rescataron a un anciano de 101 años vivo de las ruinas de su casa, una semana después del sismo que ha dejado al menos 7.200 muertos, aunque el balance definitivo será «mucho más alto», según el gobierno.
Funchu Tamang fue rescatado con heridas leves y trasladado en helicóptero al hospital del distrito, dijo el oficial de la policía local Arun Kumar Singh.
Tiene heridas en el tobillo izquierdo y en una mano. Su estado es estable», dijo Singh en Nuwakot, a unos 80 kilómetros al noroeste de Katmandú. «Su familia lo acompaña».
La policía también rescató a tres mujeres de entre los escombros este domingo en Sindupalchowk, uno de los distritos más afectados por el terremoto, aunque se desconocía el tiempo que habían permanecido sepultadas.
Los milagrosos rescates tantos días después del temblor arrojan algo de luz en un país devastado. Hasta el momento, se contabilizaron 7.040 fallecidos y 14.000 heridos, pero el balance será «mucho más alto», advirtió el domingo el ministro de Finanzas nepalés, Ram Sharan Mahat.
«Hay pueblos a los que todavía no hemos podido llegar, pero sabemos que todas las casas han sido destruidas», dijo.
Las réplicas son constantes y estimamos que el balance humano definitivo será mucho más alto», aseguró.
Más de un centenar de personas murieron también víctimas de la catástrofe en China e India.
El domingo, la policía anunció el rescate de más de 50 cuerpos, incluyendo seis de ciudadanos extranjeros, en la zona de senderismo de Langtang, donde se teme que otros 100 turistas extranjeros sigan atrapados.
«Nuestra prioridad era rescatar a los supervivientes. Rescatamos a unas 350 personas, aproximadamente la mitad eran turistas o guías», señaló a AFP Uddav Prasad Bhattarai, jefe de la policía del distrito de Rasuwa, al norte de Katmandú.
Por su parte, el portavoz del ministerio del Interior, Laxmi Prasad Dhakal, explicó que las operaciones de rescate continuaban pero que se iba a dar prioridad a la atención a los supervivientes.
Los esfuerzos se concentran especialmente en las poblaciones más apartadas, en las regiones más afectadas por el sismo, alrededor del epicentro, a 70 kilómetros de la capital.
«Numerosos pueblos recónditos se vieron afectados» y cientos de miles de personas duermen en la calle entre los escombros por la falta de tiendas, indicó Dhakal.
En Katmandú, la jefa de las operaciones humanitarias de la ONU, Valerie Amos, mostró su preocupación por la lentitud de la administración nepalí para facilitar la llegada de la ayuda humanitaria extranjera.
Trámites interminables
«Estoy extremadamente preocupada al escuchar que las aduanas se toman tanto tiempo» para aceptar los paquetes de ayuda, declaró Amos a la AFP, y precisó que le había pedido al primer ministro, Sushil Koirala, que aligerara el papeleo administrativo.
«Se ha comprometido a hacerlo, espero que podamos constatar a partir de ahora una mejora a nivel administrativo», dijo Amos.
Aviones cargados con víveres y equipos procedentes de todo el mundo llegan desde que ocurrió el sismo al pequeño aeropuerto de Katmandú, pero las ONG lamentan que los trámites resulten interminables.
El director del aeropuerto de Katmandú anunció que se había prohibido el aterrizaje de los aviones más grandes por temor a que la pista estuviera dañada y no pudiera soportar el peso. «No autorizaremos el aterrizaje en el aeropuerto de Katmandú de todo avión que supere las 196 toneladas», explicó Prasad Shrestha a la AFP.
«No hay brechas visibles en la pista, pero las replicas han sido tantas que debemos tomar precauciones», agregó.
Por su lado, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) instó a que se tomen las medidas necesarias para evitar que se expandan epidemias entre los 1,7 millones de jóvenes que viven en las zonas más afectadas, a sólo unas semanas de la llegada del monzón.
Los hospitales están desbordados, el agua escasea, todavía quedan cuerpos atrapados entre los escombros y la gente sigue durmiendo fuera. Es el escenario perfecto para la proliferación de enfermedades»,
Advirtió Rownad Khan, representante adjunto de Unicef.
Unas 160.000 viviendas fueron destruidas y 143.000 resultaron dañadas por el sismo, según el último balance de Naciones Unidas.

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