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Pablo Blanco: Al kirchnerismo se le cayó la careta

Tanto despotricar contra el neocolonialismo y faltando 5 minutos para que termine el segundo tiempo de un partido que irremediablemente va perdiendo, el gobierno de Cristina Kirchner entregó la nueva y última joya de la abuela al capital extranjero.

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Tanto despotricar contra el neocolonialismo y faltando 5 minutos para que termine el segundo tiempo de un partido que irremediablemente va perdiendo, el gobierno de Cristina Kirchner entregó la nueva y última joya de la abuela al capital extranjero. Eso y no otra cosa es lo que hizo el oficialismo con Chevron y Vaca Muerta y ahora pretende hacer con Telefónica y las Telecomunicaciones.

Nunca estuvo más claro: discurso progresista y acciones menemistas. Triste final para un gobierno que quiso venderse como revolucionario y terminó siendo socio del diablo.

La ley de Telecomunicaciones, pomposamente denominada “Argentina Digital”, que el oficialismo sancionará de manera exprés, y la recientemente sancionada ley de Hidrocarburos (Ley N° 27.007), constituyen la prueba más humillante –y gravosa para el pueblo argentino– de la entrega que el gobierno está haciendo de recursos valiosísimos. ¿Y a quién se los da? Nada más ni nada menos que a los “buitres” y al “imperialismo”, que no reconoce banderas, denostado a viva voz por el oficialismo desde siempre.

Lo que está haciendo este gobierno es sólo comparable con el Pacto Roca-Runciman: aquel negociado por el cual se amplió la cuota de exportación de carne vacuna al Reino Unido y sus colonias, estableciendo que el 85% del total de las exportaciones argentinas debía realizarse por medio de frigoríficos británicos. Este pacto, firmado en Londres el 1 de mayo de 1933, tuvo cláusulas secretas preexistentes que garantizaron el monopolio de los medios de transporte a las empresas inglesas.

Luego de una década de supuesto combate al capitalismo despiadado y de lucha a favor de los intereses nacionales, resulta que ahora al gobierno se le cayó la careta. Y de la peor forma: entregando atada de pies y manos la soberanía nacional en materia de hidrocarburos y telecomunicaciones a empresas monopólicas. ¿No era que los monopolios encarnaban el enemigo a combatir? Pues no: las leyes en cuestión evidencian que el gobierno transformó en socios a Telefónica y Chevrón. Socios para el latrocinio. Socios para el avasallamiento del federalismo. Socios para condicionar a los argentinos por decenios.

Es claro que ni los buitres ni el capital tienen patria. Pero nosotros sí y vamos a defenderla a votos.

El gobierno de Cristina Kirchner nos está estafando económica y moralmente. Nos mienten, negando con hechos y normas, lo contrario a lo que afirmaban hasta ayer sin que les tiemble un solo músculo de la cara. Ya a nadie le caben dudas: son caraduras y vende patrias.

Es de esperar que el gobierno que asuma la responsabilidad de gobernar el país en 2015, derogue estas leyes y encabece un “manupulite” que permita el rearmado de las bases éticas de la república, poniendo a disposición de la justicia a quienes han decidido rifar el interés nacional. Patria sí; monopolios, buitres y kirchnerismo, no.

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