Publicado en

Protesta frente a Casa de Gobierno: Una postal de la desidia y del no me importa

Mientras el gobierno de la provincia juega una pulseada política con el gremio de AFEP, la imagen deprimente del frente de la casa gubernamental recorre el país y el mundo.

usu_casa_gobier97

El frente de la casa gubernamental de Tierra del Fuego, una vez más, es el escenario de una situación desagradable y penosa, aunque al parecer ello no le interesa a nadie.

La protesta de AFEP (Asociación de Fueguina de Empleados Públicos), exhibe su costado más “dramático” con la presencia de un dirigente gremial exhibiéndose encadenado en las mismas puertas de la Casa de Gobierno, expresando la exigencia de un aumento en los salarios de los empleados estatales.

La montaña de madera y tachos con fuego, hacen de la panorámica una verdadera situación de desaliño, desorden y mala imagen para la provincia.

Este fin de semana, los turistas observaban absortos esta situación y la imagen fue captada por miles de cámaras que mostraran la escena en el país y en el mundo.

Permanecer sumergido en la eterna pelea con los gremios parece ser la impronta de este gobierno provincial y muchos funcionarios parecen hasta sentirse cómodos en ese escenario de intolerancia y desencuentro. Así, la pelea se ha naturalizado y a nadie parece importarle ponerle fin, aunque las consecuencias para la sociedad toda sean gravosas e indignantes.

En aras de esa puja bizarra y destructiva, los gremios siguen adelante buscando nuevas formas y métodos cada vez más creativos, sean violentos o no, para permanecer en la consideración pública. Ningún repudio parece molestarles, como tampoco al gobierno parecen preocuparle la pérdida de horas de trabajo ni la desatención de la gestión, acosada por las medidas de fuerza.

Para los gremios, la mediatización de su accionar no basta, hay que hacerlo notorio cortando calles, ocupando edificios. Con la excusa de defender sus derechos, impiden que todo el resto de la comunidad ejerza los suyos, de trabajar, circular, estudiar, y un cúmulo de etcéteras.

Esta semana, la Casa de Gobierno y la calle San Martín, punto neurálgico de la ciudad de Ushuaia, son tierra de nadie, ocupadas a la fuerza por los sindicalistas que cuentan para ello con la anomia cómplice de las autoridades.

La actitud pasiva del gobierno de la provincia contrasta con la opinión de los comerciantes de la zona, que con un reclamo casi unificado, ven que la calle está cortada y no hay circulación vehicular, disminuyendo las ventas.

Pero como el circo también es bueno para alimentar el desorden, la mayor atención se la llevó un pelotero inflable que lució en medio de la calle durante el sábado y el domingo. Algunos se preguntaron ¿por qué está este aparato en la calle?

Algunos comerciantes, ya indignados por la situación, se preocupan porque a fin de mes deben pagar los alquileres y afrontar los gastos fijos, pero las ventas menguaron sensiblemente desde que está cortada la calle San Martín.

Como siempre, el trabajo de los privados se ve condicionado por los avatares de una administración pública en la que nadie (o casi nadie) parece sentir compromiso alguno de servicio a la comunidad. Crear los problemas, antes que solucionarlos, parece ser la consigna en el vergonzante plantel de funcionarios, empleados y sindicalistas que desbordan los padrones de agentes y vacían mes a mes las arcas públicas sin ofrecer nada positivo a cambio.

Comentarios