”Hace un año ni imaginaba en todo esto. Si me decían que iba a estar corriendo en el Mundial de Turismo a tiempo completo, como piloto del equipo oficial Citroën y peleando por el título, o lo creía”. José María López es sincero cuando dice estas palabras. Es que su vida cambió de un día para el otro casi sin buscarlo. Su exitoso presente no deja de sorprender a propios y extraños, aunque a decir verdad talento siempre tuvo de sobra.
En su regreso a Termas de Río Hondo, no desentonó y mantuvo el protagonismo que tiene en el WTCC desde que comenzó la temporada 2014 al punto de ganar las dos carreras. Pero siempre con sus compañeros franceses Yvan Muller y Sébastien Loeb sin perderle pisada. Los tres han marcado una diferencia en un torneo en el que la supremacía de Citroën es realmente notoria. Por más kilos que los C-Elysée tengan sobre el resto del parque, andan en cualquier tipo de circuito y hacen una gran diferencia en manos de este veloz trío. Muestra de ello es que ganaron todas las clasificaciones hasta el momento.
En estos meses la vida de López cambió muchísimo. El año pasado estuvo 41 fines de semana arriba de un auto de carreras por sus compromisos en el Turismo Carretera, el Súper TC2000 y el Top Race. Ahora solo se dedica al Mundial, que tiene doce compromisos anuales, aunque cuenta con una agenda nutrida de eventos de marketing a la altura de la marca que representa. Igual aprovecha sus tiempos libres. Antes de la fecha en la Argentina pasó 18 días recorriendo diferentes Parques Nacionales de los Estados Unidos. “Hice unos 5.000 kilómetros en un camper (NdeR: una casilla rodante) y realmente lo disfruté. Creo que jamás hice tantos kilómetros sin que me detuviera la policía por algún motivo”, dice con picardía. “Extraño un poco la Argentina, principalmente a la familia y a las costumbres del asado y el mate con amigos. Pero esta experiencia no tiene nada que ver con aquella primera vez que me fui a Europa en 1999. Ahora tengo 31 años y soy autosuficiente. Cuando me fui a los 16 dependía muchísimo de mi familia”, relata el cordobés, que vive en la localidad suiza de Chavannes-de-Bogis con su novia Vicky (22).
Aunque confiesa que aún debe perfeccionar algunas cosas cuando está arriba de su Citroën de WTCC, como las largadas, López no reniega de su magnífico arranque de campeonato. “Es la primera vez que tengo un comienzo tan bueno. Por lo general, siempre empezaba mal e iba enderezando el rumbo a medida que pasaban las fechas. Pero esta vez sucedió lo contrario. Sinceramente, no me esperara tanto protagonismo porque llegué a un equipo nuevo y con compañeros de nivel como Loeb y Muller. Pero las cosas no salen bien de casualidad…”, asegura.
Es posible que para cualquier otro piloto argentino, el profesionalismo que profesa y transmite el equipo Citroën puede llegar a sorprender. Pero no ocurre lo mismo con López, quien trabajó con teams europeos hasta que las cosas de la vida lo obligaron a retornar a la Argentina en 2007. “Lo comparo con un equipo de Fórmula 1. La estructura es muy grande y todos trabajan para que la marca consiga el mejor resultado posible. Me gusta”, afirma.
La relación con Muller y Loeb es cordial, aunque en la pista son grandes rivales. “Después de cada sesión hacemos una reunión con todos los pilotos y los ingenieros para ver cómo trabajó cada uno. No se esconden los datos. Por eso si uno hace una diferencia, los otros pueden mejorar también con esa información. Aunque ahora que pasaron tantas carreras esas mejorías son mínimas”, explica el cordobés de Río Tercero.
Pechito también sabe que el calibre de sus coequipiers realza sus logros: “Si corriera solo en el equipo, eso le quitaría mérito a todo lo que estoy consiguiendo ya que el auto es muy bueno. Tengo al lado a dos tipos muy rápidos. Muller, que fue cuatro veces campeón de la categoría, es muy completo. Loeb también es veloz en una vuelta, aunque es lógico que en carrera le cueste más ya que se está adaptando a competir con rivales alrededor después de tanto tiempo en el Rally Mundial”.
La posición de privilegio que tiene en el campeonato hace que, inevitablemente, el argentino tenga que hablar de sus opciones de lograr un cetro. Y dentro de su análisis pone especial énfasis en las últimas fechas del calendario. Es que Termas de Río Hondo fue el último circuito de los que transitó este año que conocía con anterioridad. Ahora vendrán los chinos de Beijing y Shangai, el japonés de Suzuka y el de Macao (también en China), en el que siempre hay grandes accidentes. “Mi sensación es que vamos a llegar a la última carrera del año peleando por el título. No obstante, creo que mis rivales están más presionados porque tienen que salir a descontarme puntos. Ellos tienen que arriesgar más de la cuenta. Lo ideal sería que yo pueda mantener la diferencia porque si llegamos así a Macao podría correr más tranquilo ya que es el circuito más complicado del mundo”.
Igual prefiere no ilusionarse: “Trato de no pensar en el campeonato… Yo soy muy cauto. A mi me han pasado cosas muy buenas, pero también muy malas en dos oportunidades (con los fallidos ingresos a la Fórmula 1). Por eso prefiero ser prudente. La diferencia que tengo con mis compañeros parece mucha, pero en un fin de semana malo esa ventaja puede desaparecer. Si el campeonato se tiene que dar, se va a dar. Aunque mi idea es seguir corriendo en Europa por mucho tiempo más, un título mundial sería como ponerle un broche a mi campaña deportiva”. Y si él lo dice…
Fuente: Diego Durruty – Corsa
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