Poco después de que terminara el partido final del Mundial 2014, donde de la Argentina obtuvo el subcampeonato, la gente tímidamente se volcó a las calles de Río Grande para exteriorizar el momento.
Ataviados con los colores celeste y blanco y con toda una variedad de cotillón y emblemas argentinos, varios de vecinos se concentraron, como es tradición, en la plaza de las Américas y en Belgrano y San Martín como principales puntos de reunión para celebrar.
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