El sueco Jonas Eriksson, que será el árbitro del duelo de octavos de final entre la Argentina y Suiza, tiene una historia particular. El juez escandinavo es conocido en el ambiente por ser un millonario que se dedica al arbitraje como un hobby. Uno que el martes lo tendrá en el Arena Corinthians de San Pablo para disputar su tercer encuentro en Brasil 2014.
Eriksson nació en 1974 y a los 20 años comenzó con el arbitraje. Claro que mientras aplicaba el reglamento en distintas canchas se dedicó a los negocios y al periodismo. Así, ahorró hasta comprar el 15% de la empresa IEC in Sports (dedicada a la comercialización de derechos deportivos en todo el mundo), donde trabajaba. En 2007 el medio fue comprado y él recibió por su parte unos 10,837 millones de euros.
De todas maneras, los sueños de este hombre, también ex futbolista, estaban ligados más al arbitraje y al fútbol y hacia allí se dirigió. Internacional desde 2002, hace tres años decidió que su prioridad sería su carrera como árbitro.
«Tuve una vida fantástica como hombre de negocios, pero desde el 2011 me aboqué al arbitraje profesional y estoy pasando el mejor momento de mi vida», contó Eriksson en 2013 en una entrevista a la UEFA. «Todo el dinero no ha cambiado nada, lo mejor que hago en mi vida es ser árbitro de fútbol», agregó.
En Brasil 2014, Eriksson dirigió dos partidos de primera ronda: el de Estados Unidos ante Ghana (fue victoria 2 a 1 de los norteamericanos) y la goleada del local por 4 a 1 ante Camerún.
Durante 2013, Eriksson fue el árbitro del encuentro de vuelta del repechaje entre Uruguay y Jordania que le valió la clasificación al conjunto de Oscar Tabárez. También dirigió el partido de ida de la semifinal de la Liga de Campeones de Europa que disputaron el Atlético de Madrid y el Chelsea.
En ese mismo torneo, el sueco fue apuntado por Manuel Pellegrini por su tarea en la derrota del Manchester City ante Barcelona en el encuentro de ida de octavos de final (fue 2 a 0 para los catalanes). En aquel partido, Eriksson expulsó a Martín Demichelis. El defensor había bajado a Lionel Messi y el juez decidió expulsar al zaguero y cobrar penal. Para el DT chileno, la falta había sido fuera del área.
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